En días pasados, dentro del marco de INA PAACE Automechanika 2025, tuve la oportunidad de convivir con algunos de ustedes y reflexionar sobre la diferencia entre tener mentalidad de dueño o de empleado. Llegamos a algunas conclusiones muy interesantes y quiero aprovechar el espacio para compartirlas por escrito para aquellos que no tuvieron la oportunidad de estar con nosotros.
Durante la plática, hablamos de las diferentes visiones que tienen las personas que conforman un taller. Los dueños, en teoría, siempre se preocupan por su negocio, tienen responsabilidades muy fuertes, así como una presión constante por sacar adelante el negocio.
Por su parte, los empleados generalmente se dedican a cumplir exclusivamente sus obligaciones, con una responsabilidad limitada y una visión de corto plazo. Muy pocas personas entran a una empresa pensando que allí se van a jubilar. Con frecuencia, los empleados toman sus trabajos como un escalón para algo mejor.
Ya con esta introducción, hicimos una comparativa y un análisis para determinar si todos los dueños realmente tienen visión de dueño, y llegamos a la conclusión que no. Algunas personas, a pesar de ser dueños de su taller, tienen una visión limitada, como de empleados, es decir, no se preocupan por la empresa y viven instalados en una zona de confort.
A la par, nos preguntamos si todos los empleados tienen visión de empleados y llegamos a la misma conclusión. En la práctica, podemos encontrar una pequeña cantidad de personas que realmente tienen una visión diferente. No se limitan a hacer aquello para lo que fueron contratados y tienen metas de largo plazo. Estas personas suelen ser disciplinadas.
En la mecánica automotriz se tiende mucho a la improvisación debido a que se puede iniciar un negocio con poca inversión, facilitando el salto de empleado a dueño. Sin embargo, el problema de esto es que muchos mecánicos que ponen su propio taller mantienen las malas prácticas que tenían cuando eran empleados. La gran diferencia está en que las consecuencias de esas malas prácticas ahora les cuestan dinero y ponen en riesgo su negocio.
Entonces, se dan cuenta de que hacer las cosas bien no es cuestión de ganas, sino de disciplina. Ese es el riesgo de aquellos que quieren esperarse a tener su propio negocio para comenzar a hacer las cosas bien, puede que no les dé tiempo de aprender.
Acercándonos a la conclusión, podemos decir que hay cuatro modos de función-visión:
- Dueño con visión de dueño.
- Dueño con visión de empleado.
- Empleado con visión de empleado.
- Empleado con visión de dueño.
Cuando existe un dueño con visión de empleado, los talleres se quedan limitados por las metas a corto plazo, la evasión de responsabilidades y la falta de crecimiento por estar instalados en una zona de confort.
Por el contrario, cuando el empleado tiene visión de dueño, se convierte en un profesional porque toma conciencia de que realmente está vendiendo su fuerza de trabajo, sus capacidades y su experiencia. De esta manera, se transforma en dueño de su propia empresa personal, aun cuando sea empleado.
Concluimos la plática con una reflexión: Si eres dueño, debes reconocer que nadie va a tomar tu responsabilidad, debes aprender o reaprender a guiar y dirigir la empresa. Es muy recomendable que te prepares como un líder, te asesores y aprendas de los expertos. En cambio, si eres empleado, es muy importante que te reconozcas como dueño de tu propia capacidad y que aproveches tu empleo actual como una capacitación para ser dueño.
Si eres dueño, no temas que tus empleados tengan mentalidad de dueño, no los veas como enemigos. Recuerda esa famosa frase de Henry Ford que dice:
No tengas miedo de que tus empleados se capaciten y se vayan. Ten miedo de que no se capaciten y se queden”.
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