Ya sea fijo o móvil, el teléfono nos sirve para ahorrar tiempo y mantenernos comunicados, siempre que lo usemos correctamente.
Se ha popularizado tanto su uso, que ya hemos perdido la capacidad de asombro ante la poderosa herramienta de comunicación que es el teléfono: Nos acorta distancias, nos lleva en segundos con gente que se encuentra lejos, nos ayuda a visitar clientes o refaccionarias sin salir de nuestro taller y, cuando es bien usado, se convierte en una inversión.
Pero si bien, el uso de estos equipos nos puede ayudar a vender, igualmente nos puede servir para alejar a los clientes cuando no lo usamos como es debido. Basta tomar un directorio de talleres y pedir informes al azar, para descubrir que hay algunos que tardan mucho en contestar, otros lo hacen de mal modo o tienen música de fondo muy alta. Estos detalles pueden hacer que el cliente se moleste y busque servicio por otro lado.
No se te olvide
Cuando estamos en una llamada no hablamos con un aparato, del otro lado de la línea hay una persona que merece nuestro respeto y atención.
Nunca se nos debe olvidar, que cada que suena el teléfono en nuestro taller puede haber un cliente actual o potencial del otro lado, esperando por nuestros servicios y dispuesto a pagar por ellos.
Desde la primera llamada, un nuevo cliente debe recibir de nosotros una imagen de servicio e interés, por eso empecemos por contestar lo más pronto posible. Un usuario desesperado puede olvidarse de nosotros y llamar a otro taller sólo porque no contestamos el teléfono. Así que una llamada perdida puede ser una venta perdida y, por lo tanto, dinero perdido.
Evita siempre la descortesía de mantener dos conversaciones al mismo tiempo, ni interrumpas a alguien que se encuentra hablando por teléfono.
Si necesitas decirle algo a alguien que tienes enfrente, pide una pausa a aquel con quien estás hablando al teléfono.
Por otra parte, al depender exclusivamente de nuestra voz, debemos tomar en cuenta factores como la entonación y la dicción.
Si contestamos “Buenos días”, que nuestro tono refleje que nos da gusto que nos llamen y no mero formulismo. Y en cuanto a la dicción, debemos evitar hablar entre dientes y, por supuesto, comer o masticar chicle mientras hablamos.
Al contestar
Hasta por cuestión de seguridad, cuando entra una llamada, debemos concentrarnos en ella para saber qué es lo que busca quien llama. Pueden ser informes de horarios, precios, localización del negocio, o inclusive pueden llamarnos para intentar vendernos algo. Sólo con atención, podremos lograr aprovechar la conversación o impedir dar información que nos pueda perjudicar.
Acostúmbrate a obtener el nombre de todos aquellos que llaman para pedir informes. Frases como: “Con quién tengo el gusto”, o “sería tan amable de darme su nombre” sirven para saberlo.
Si el cliente potencial te da su nombre, úsalo durante la conversación está demostrado que hacerlo, genera confianza.
Ten siempre a la mano papel y lápiz para anotar la información que sale de la conversación, nombre, compañía, teléfono y servicio solicitado son informaciones valiosas.
Unos últimos consejos
Las llamadas ociosas bloquean las líneas e impiden que los clientes se comuniquen con nosotros. Instruye a tu personal para que lo utilice de manera reservada.
Nunca des diagnósticos por teléfono. Sé muy bien que hay gente que quiere que soluciones sus problemas con una llamada, pero si caes en el juego, el cliente se puede aprovechar de ello.
Por último, nunca discutas con nadie en el teléfono. Si un cliente te llama muy molesto por algo que no le gustó, escúchalo e invítalo a platicar esto en persona. Pero no respondas al enojo con enojo. Analiza el uso que le estás dando al teléfono, seguramente descubrirás su importancia y algunas cosas para aprovecharlo mejor.
Ing. Alberto D. Quiroga Venegas
Dirección de Proyectos Sistemas Integrales
de Capacitación y Asesoría Automotriz, S.C.