Si tomáramos conciencia de todo lo que se pierde en un taller por falta de atención, seguramente nos espantaríamos.
En anteriores escritos, compartía con ustedes que es muy importante que tengamos conciencia de los recursos que tenemos disponibles en nuestro taller para trabajar.
Básicamente, todos los talleres tienen instalaciones, herramientas y equipos, recursos humanos (aunque sea una sola persona), materiales, refacciones y tiempo, y todo esto se puede medir en dinero.
A veces, estamos tan acostumbrados a un ritmo de trabajo, que pensamos que lo estamos haciendo bien (a final de cuentas seguimos ganando), pero es una realidad que si una empresa no cuida sus desperdicios, éstos acaban por dañarla.
Te invito a que revisemos qué desperdicios estamos teniendo en nuestro taller o refaccionaria, siguiendo este autodiagnóstico básico.
Comencemos por las instalaciones: ¿Ubicas que hay chatarra o autos abandonados, que te roban espacio? ¿Todos tus equipos están a la mano? ¿Solamente están las cosas indispensables o hay algo que no tiene por qué estar allí?
Tus instalaciones deben estar lo más ordenadas posibles y sin objetos que te impidan trabajar adecuadamente. Conozco talleres que por tener tres o cuatro autos abandonados, deben trabajar en la calle. Este es un ejemplo de cómo podemos desperdiciarlas.
Hablemos ahora de las herramientas: ¿Sufres constantes pérdidas? ¿Revisas los autos antes de entregarlos? ¿Haces inventarios? ¿Las guardas en un lugar seguro para evitar robos o daños? Tus equipos de diagnóstico ¿Los proteges con fundas? ¿Los limpias antes de guardarlos?
En lo que toca a materiales, como gasolina o thinner, ¿revisas que siempre estén en recipientes seguros que eviten su evaporación? ¿Cuidas que no se ocupen de más? ¿Se guardan en un lugar seguro?
Las refacciones, por su parte, aunque generalmente se compran y se instalan, a veces representan un desperdicio cuando las compramos de una calidad tan mala que nos generan reclamaciones y retrabajos, causando una mala imagen ante el cliente.
Haz un recuento de la gente que trabaja contigo, ¿se aprovecha como se debe? ¿Las órdenes que das son claras, precisas, entendibles? ¿Le tienes miedo a tu gente cuando es capaz y la bloqueas? Los recursos humanos tienen un potencial muy grande, pero depende de su líder saberlo explotar.
Y por último, todos los puntos anteriores desembocan en el desperdicio de otro recurso que no se ve, pero que es muy caro: el tiempo.
En una reparación se puede perder media hora buscando el dado 14 mm. para sacar un tornillo, 40 minutos esperando una refacción que se solicitó tarde, una hora determinando una falla a ciegas por no tener el diagrama de conexión y 20 minutos buscando en la oscuridad los tornillos que se nos cayeron debajo del auto, el resultado: dos horas y media, desperdiciadas por pequeños pero significativos detalles.
Todos los desperdicios mencionados, podrían calcularse en dinero y sumándolos día a día representan cantidades considerables. Así que la tarea de este mes, sería ponerle atención a todos aquellos desperdicios que cometemos en el taller y a los cuales ya nos hemos acostumbrado, para que al eliminarlos, podamos tener un mejor rendimiento.