El derecho a reparar no sólo significa la posibilidad de mantener vigente a la industria del aftermarket, sino que brinda la oportunidad de empoderar a los consumidores para que ellos decidan dónde y cuándo darle mantenimiento o reparar sus vehículos.
En el marco del International Aftermarket Summit 2024, Francisco González, Presidente Ejecutivo de la Industria Nacional de Autopartes (INA), explicó que el derecho a reparar permite que los consumidores tengan un mayor control sobre sus automóviles.
“Es una oportunidad transformadora de los negocios, tanto a nivel nacional como internacional, debido a que empodera a los consumidores. Podemos aprovechar la fortaleza de este movimiento para asegurar que los avances tecnológicos permitan el poder de decisión”, expresó.
Esencial para el aftermarket
Por su parte, Paul McCarthy, Presidente y CEO de MEMA Aftermarket Suppliers, subrayó que el derecho a reparar es esencial para la industria.
Lamentó que cada que se incorpora una tecnología nueva a los vehículos, existe una intensión de bloquear la reparación. Esto con el objetivo deliberado de desincentivar la participación del aftermarket.
“Desde un principio, el derecho a reparar se ha tratado de los principios clave, simplemente de empujar la competencia del mercado. Además, ofrecer opciones de reparación para tener una movilidad asequible”, señaló.
El especialista indicó que actualmente en Estados Unidos el 70% de los consumidores decide reparar sus vehículos en el mercado independiente. Sin embargo, se estima que, si no se lucha por el derecho a reparar, para 2035 esta cifra se reducirá al 56%. Mientras que para el 2040 bajará hasta el 45% y seguirá cayendo a lo largo de los años.
Consumidores perjudicados
En su intervención, Bill Hanvey, Presidente y CEO de Auto Care Association, señaló que esta problemática también repercute en los talleres independientes.
Apuntó que una investigación, que incluyó a 700 talleres de reparación independientes, reveló que el 50% de ellos tenían que mandar, en promedio, entre uno y tres vehículos a los distribuidores por mes, ya que no tenían acceso a los datos de los sistemas y partes de vehículos.
Dicha cifra, aseveró, se incrementará con los nuevos vehículos del parque vehicular, pues su tecnología inhibe la reparación.
“Esos talleres, en promedio, dedican cuatro horas a diagnosticar el vehículo, lo cual se le cobra a los consumidores. Lo anterior los aleja de los talleres independientes”, afirmó.