 Si bien la industria automotriz nacional se caracteriza por ser una de las más dinámicas, lo cierto es que predomina una latente preocupación debido a que los márgenes de ganancias de las empresas, principalmente autopartistas, se han visto mermados ante el aumento en los precios de insumos básicos, como es el acero, aluminio, gas, entre otros.
Por ejemplo, en los últimos dos años la cotización del aluminio se duplicó al pasar de 75 centavos de dólar por libra a 1.50 dólares por libra; en tanto, el precio del cobre se elevó de 1.50 dólares por libra a cuatro dólares por libra, en promedio. |
Respecto al gas natural y algunos químicos, éstos han incidido de manera negativa en la cadena de resinas utilizadas para los vehículos, así como del acero, el petróleo y la electricidad.
De los mencionados, el acero juega uno de los insumos principales en la industria automotriz mexicana, pues se prevé, según directivos de las principales acereras, que a partir del mes de julio, su precio se incremente por lo menos 10 por ciento en promedio, dirigido para materiales como: la varilla, placa, lámina rolada en caliente, lámina rolada en frío, vigas y perfiles estructurales.
Pero esto también traerá en consecuencia, debido a la demanda de acero, una mayor petición de mineral de fierro y de chatarra por parte de las siderúrgicas, disparando de esta manera su precio en los mercados internacionales, pues tan sólo en lo que va del año, el precio del mineral de fierro subió en promedio 19 por ciento, mientras que la chatarra también aumentó 38 por ciento.
Como efecto, el planchón, referente principal del precio del acero a nivel internacional, pasó de un valor promedio de 370 dólares la tonelada en los primeros meses del año a 550 dólares actualmente, lo cual significa un crecimiento de 46.6 por ciento en lo que va de 2006.
De los insumos más demandados en el mercado automotor, dentro de la categoría de metales, se ubica el plomo, utilizado en baterías automotrices, y considerado hasta ahora el que menos golpea en precios.
Ante estos impactos, la industria mexicana automotriz y de autopartes se encuentra ante el reto de transferir o no el aumento de los insumos al precio final de sus productos.
En caso de hacerlo, el sector dejará de ser competitivo, pues lo que se busca es bajar los precios, dada la competencia mundial, incluso se puede llegar a deteriorar la relación comercial con sus clientes. O visualizando un panorama más drástico, el impacto de los insumos puede generar incluso el cierre o la quiebra de empresas.
Ante ese escenario, las pequeñas y medianas empresas inmiscuidas en el sector, deben tener claro hacia dónde van y qué retos van a enfrentar si quieren competir en el mercado global.