Electromovilidad. Un mundo ¿conectado?

La tecnología avanza, pero no de la misma manera para todas las regiones

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En la última década la humanidad avanzó a pasos agigantados en temas de tecnología y electromovilidad; sin embargo, este crecimiento acentuó las desigualdades sociales que existen en el mundo, no conforme con esto, la crisis provocada por la pandemia por COVID-19 agudizó estas diferencias, los países pobres se volvieron más pobres y los ricos ya vacunaron a toda su población.

Por si esto fuera poco, el cambio climático afecta severamente al planeta, inundaciones en unas regiones del mundo, nevadas intensas en otro sitios y temperaturas que supera los registros históricos.

Este panorama luce desolador; sin embargo, la humanidad está a tiempo de solucionar algunos de estos problemas.

La industria automotriz dio el primer paso –hace años- con el lanzamiento de unidades eléctricas, hace años fueron prototipos, hoy son una realidad.

Grandes retos

De acuerdo con el estudio “Predicciones tecnológicas para el 2022 en la industria automotriz”, de la agencia analista Infor, “la innovación, especialmente en lo relacionado con vehículos eléctricos ha dejado lecciones difíciles sobre la necesidad de testeos cuidadosos antes de lanzar nueva tecnología y componentes. El riesgo de incendio debido a las baterías de litio es sólo un ejemplo”, describió.

En esta carrera por la electrificación, las armadoras apuestan por cuatro aspectos fundamentales: Conectividad, autonomía, compartir y electrificación. No es de extrañar que los nuevos vehículos incluyan asientos con calentador, visión 360º y sensores que alerten hasta el más mínimo movimiento.

Los vehículos eléctricos buscan reducir la huella de carbono, no obstante, también tienen sus “detallitos”; un ejemplo son el alto consumo energético en su fabricación, los elementos tóxicos en las baterías y el aumento de la demanda de electricidad para su recarga. Son muchos los retos, pero también muchos los beneficios, es por eso que las armadoras hacen fuertes inversiones a nivel mundial para encontrar soluciones más amigables con el planeta.

Década eléctrica

Este año estuvo marcado con grandes anuncios de inversión para que en el 2030, al menos la mitad de la producción de vehículos, cuenten con tecnología híbrida o eléctrica.

Por ejemplo, General Motors desarrolló GM Powered Solutions un conjunto de componentes eléctricos para beneficiarse de la electrificación y trabajar para integrar la última tecnología de EV en aplicaciones personalizadas, explicó Travis Hester, vicepresidente de Operaciones de Crecimiento de Vehículos Eléctricos de GM, además de contribuir en el desarrollo de celdas de baterías HYDROTEC.

Otra muestra de colaboración para “conectarse al futuro” es la que hacen el Grupo Renault, Nissan Motor Corporation y Mitsubishi Motors Corporation, quienes crearon una estrategia en común en materia de vehículos eléctricos: Movilidad inteligente y conectada. La intención es que “La Alianza se convertirá en neutra en carbono hacia el 2050”, declaró Jean-Dominique Senard, presidente de La Alianza.

De acuerdo con datos de La Alianza, su intención es invertir 23 mil millones de euros en los próximos cinco años para la electrificación, lo que se traducirá en 35 nuevos modelos eléctricos hacia el 2030.

Por su parte, Stellantis invirtió 33 mil millones de euros para electrificar toda su gama de vehículos de todas sus marcas, además de construir cinco “gigafábricas” de baterías en Europa y América del Norte con lo que asegurará más de 130 gigavatios/hora (GWh) de capacidad para 2025 y más de 260 GWh para 2030.

La intención del conglomerado es reducir el costo de los eléctricos para que en el 2026 sea equivalente a uno de gasolina, además de electrificar su línea de vehículos comerciales y lanzar camionetas medianas con celda de combustible de hidrógeno para fines de 2021.

Otra marca que apuesta por tener más de siete millones de vehículos eléctricos en las carreteras para 2030, dos tercios de ellos totalmente eléctricos, es BMW, además de implementar otras estrategias para cuidar el planeta como el uso de materias primas recicladas en la fabricación de sus unidades.

Mientras que Ford invertirá 30 mil millones de dólares para acelerar su transformación hacia la neutralidad de carbono, alineada con el Acuerdo Climático de París. La armadora espera que del 40% al 50% de su producción global de vehículos sea completamente eléctrico para el 2030.

Para lograrlo creó Blue Oval City, un ecosistema integrado donde el fabricante estadounidense desarrollará toda una línea de vehículos eléctricos, aquí también estará una planta de baterías BlueOvalSK para proveedores clave y reciclaje. La planta está diseñada para ser libre de emisiones y no generar ningún desperdicio en vertederos.

¿Y Latinoamérica?

Aunque todos estos desarrollos son impresionantes, ¿qué tan viables son para la región de América Latina?

Según las estimaciones del Statista Mobility Market Outlook, México es el mercado más grande en este segmento en toda la región, con apenas ¡4.500 unidades nuevas vendidas en 2021!

Esa es la realidad, el segmento de los automóviles eléctricos o híbridos continúa siendo minoritario en la región. Por ejemplo, en los mercados mexicano y chileno, estos vehículos representan menos del 10% del total de las compras de automóviles particulares, reveló Statista.

“Algunas de las razones de la baja adopción de esta nueva tecnología en la región tienen que ver con el alto precio de los modelos, en su mayoría importados desde economías de altos ingresos, y el incipiente nivel de desarrollo de la infraestructura de carga”, señaló el analista.

La falta de infraestructura de recarga e incluso la producción de energía no es la misma en la región, por ejemplo, en México existen alrededor de 3,000 estaciones de carga eléctrica, mientras que en Argentina apenas existen 200 estaciones.

“Paradójicamente, la región contribuye con gran parte de los metales necesarios para la producción de estos automóviles en el mundo, tales como el litio y el cobre”, aclaró el portal Statista.

El reto mexicano

México es la puerta del mercado estadounidense y también una parte muy importante de América Latina, esta situación le dan una posición privilegiada tanto en desarrollo tecnológico como en temas de mercado.

Desde hace varios años, varias armadoras eligieron al país para tener plantas de ensamble, centros de investigación y desarrollo y laboratorios de pruebas, aquí GM y Ford modificaron sus líneas de producción para comenzar a construir vehículos eléctricos para el mercado estadounidense, incluso BMW ya fabrica algunos modelos eléctricos en la planta de San Luis Potosí.

Las armadoras tienen confianza en el país, el problema aquí es la generación de la electricidad.

Alejandro Calderón, director de Calderón Autopartes, puso el dedo en la llaga al señalar que “el problema no es que haya o no autos eléctricos en México sino ¿cómo se genera la electricidad? La inversión hacia ese mercado se ha frenado. Antes de invertían mil millones de dólares al año en energías limpias en México, y desde hace dos o tres años, la inversión en paneles solares, energía eólica es de cero”.

Este tema es uno de los más candentes en la famosa “Reforma energética” que se discute actualmente en el país, pues en vez de alentar el uso de energías renovables sucede todo lo contrario.

Esta situación también preocupa a las armadoras como BMW, quienes tienen planes para alentar el uso de unidades eléctricas en el país con la construcción de nuevas electrolineras. “Existe preocupación por no contar con energía sustentable. Trabajamos en el tema de infraestructura de carga para que no nos afecte y que el país camine al uso de energías renovables”, afirmó Maru Escobedo, CEO de BMW México, en conferencia de prensa.

Otro tema que impide la expansión de estas unidades es su costo. “Actualmente los eléctricos son muy caros”, afirmó Alejandro Calderón. “Tal vez en el 2030, cuando su producción se masifique, los precios bajen, y será hasta el 2036 cuando los costos se puedan igualar a los de combustión interna”.

Y aun así todavía se ve lejos la electrificación del parque vehicular mexicano, pues existe otro problema en el mercado, los “autos chocolate”, mismos que envejecen el parque vehicular.

Aunque la electrificación del parque vehicular luce lejana, no significa que todo esté perdido, pues los nuevos vehículos de combustión interna cuentan con tecnología que los hace mucho más eficientes en consumo de combustible y las unidades híbridas son un buen paso para poner nuestro “granito de arena” y cuidar a nuestra madre, sí, la madre tierra.

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