El Centro y de Experimentación y Seguridad Vial (CESVI MÉXICO), afirmó que la mayoría de los talleres dedicados al repintado automotriz carecen de equipo y conocimiento necesario para desarrollar un trabajo profesional, lo que representa no sólo un mal servicio sino también un alto riesgo al medio ambiente.
El Organismo advirtió de los riesgos sobre la exposición de contaminantes al medio ambiente derivados de repintar unidades automotrices en la calle, sin el equipo adecuado y bajo ninguna metodología de trabajo.
Explicó que los compuestos orgánicos volátiles son substancias químicas constituidas principalmente por hidrocarburos (thiner, gasolina, etc.) que se evaporan a temperatura ambiente y que participan en reacciones fotoquímicas contribuyendo a la formación de ozono.
Los COV también son liberados por disolventes y pinturas usados en el repintado. Los compuestos orgánicos volátiles son peligrosos contaminantes del aire por su capacidad como destructores del ozono y contribuyen a la formación del “smog”, por lo que a corto plazo pueden causar irritación de ojos y garganta, náuseas, dolor de cabeza, reacciones alérgicas, mareos, fatiga, y a largo plazo pueden dañar el hígado, los riñones o el sistema nervioso central, además de tener propiedades cancerígenas.
Para realizar un repintado adecuado es importante hacer un lavado general de carrocería, desarme de zona afectada si se trata de un siniestro, preparar la superficie por medio de acondicionadores o tratamiento químico para metales descubiertos, así como realizar una serie de pasos imprescindibles para preparar la superficie y hasta el pulido en caso de ser necesario, lo que no sucede en la gran mayoría de los talleres callejeros de las ciudades mexicanas.
Un taller equipado debe considerar además:
• Cambio a sistemas de base agua
• Uso de cabinas de repintado
• Utilización de lavadoras de pistolas
• Empleo de máquinas recuperadoras y recicladoras de solventes
• Cambio de actitud del personal hacia la actividad.