La cadena productiva en la Nueva Normalidad

La Nueva Normalidad, resultado del COVID-19, ha marcado un antes y un después para la cadena productiva y para permanecer en el mercado

nueva normalidad
En la Nueva Normalidad, 18 mil 560 empresas indicaban ya aplicar los protocolos de seguridad sanitaria en el entorno laboral.

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Las organizaciones ya están trabajando bajo un contexto incierto. Lo mismo ocurre en su relación con clientes, colaboradores y socios. El COVID-19 ha marcado un antes y un después: hoy, el negocio está enfocado en sentar las bases para pasar de una etapa de recuperación a una de prosperidad para permanecer en el mercado. 

En la segunda mitad de 2020, las organizaciones dedicarán gran parte de sus esfuerzos a cuatro áreas que contribuirán a retomar operaciones bajo la nueva normalidad. Por un lado, será de alta prioridad garantizar la seguridad de su fuerza de trabajo al establecer los mecanismos para proteger su salud durante sus labores diarias y brindarles todo lo necesario para realizarlas de forma segura. 

Otro aspecto relevante es reforzar entre el talento humano el sentido de pertenencia y confianza, reiterar que forman parte de un equipo en el que se sientan seguros y apoyados, pues conservar su confianza es vital sin importar su esquema de trabajo. 

Para lograr la continuidad del negocio, será fundamental lograr un equilibrio entre la seguridad y la salud de los empleados, cumplir con las disposiciones que ordenen las autoridades sanitarias, mientras la organización alcanza la resiliencia necesaria para responder y adaptarse a los cambios en la demanda y las regulaciones. 

Cumplir con las regulaciones para continuar operaciones es indispensable para reactivar la economía. En ese sentido, para junio de 2020, la plataforma “Nueva Normalidad” reportaba 18 mil 560 empresas que indican ya aplicar los protocolos de seguridad sanitaria en el entorno laboral.

Es así que, para alcanzar y superar el nivel de operación en las organizaciones, así como dar continuidad al negocio, en Deloitte queremos compartir un marco de referencia a través de las siguientes tres fases:

  • Responder: Es replantear una nueva estrategia y realidad para trabajar en el nuevo entorno económico, de mercado y laboral. Estos manifiestos y lineamientos de acción deben ser inclusivos, integrando a todas las voces líderes de la organización.
  • Recuperar: Basados en la nueva estrategia, significa elaborar y ejecutar con máxima prioridad una planeación detallada de escenarios que plantee los diversos impactos al personal, las decisiones sobre el lugar de trabajo y la gestión de la operación con clientes y proveedores.
    En este punto, será indispensable reforzar el uso de plataformas tecnológicas con máximos estándares de seguridad que permita a todos los colaboradores asegurar la continuidad del negocio, así como mecanismos de monitoreo de la salud de los empleados.
  • Prosperar: En el camino hacia la prosperidad, el monitoreo de los resultados es fundamental para tomar decisiones informadas en medidores tangibles de las acciones establecidas. Es en este momento donde se mide la efectividad del plan establecido, así como el cumplimiento de los protocolos de cuidado de la salud de los empleados.

La nueva normalidad es la oportunidad para las organizaciones de poner en práctica lo aprendido en esta época de grandes retos, cerrar filas con todos los stakeholders e integrar una estrategia efectiva para prosperar en los meses y años por venir.

Por: Alberto Torrijos, socio líder para la industria automotriz en consultoría Deloitte México

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