“Fue un 15 de septiembre para amanecer 16 cuando el caos se desató. Habíamos rentado una casa en un fraccionamiento en Punta Diamante, Acapulco, cuando un río que estaba atrás de la casa se desbordó, rompió los muros y en cuestión de segundos el fraccionamiento se inundó. Mi carro quedó… sólo se veía el puro techo”, recordó Alejandro Lomelí.
“No se pudo hacer nada, la policía federal nos sacó con cuerdas, tres días después cuando bajó el nivel del agua nos conectamos con nuestro seguro, mandaron al ajustador, una grúa y en cuanto se abrió el cofre sólo había lodo en todas partes, fue pérdida total”, agregó.
Esta situación se repite año con año, no sólo en Acapulco, las recientes inundaciones en Zapopan, Jalisco incluso las torrenciales lluvias en Alemania son un indicio del cambio climático que sufre el planeta.
Pero como dicen por ahí, a “río revuelto, ganancia de pescadores” y mientras esta situación afecta a los usuarios, las aseguradoras y los talleres mecánicos independientes incrementan su trabajo.
Daños mecánicos y eléctricos
De acuerdo con Sergio Enrique Álvarez, subdirector de Siniestros Metropolitana de Quálitas, hasta el mes de junio se atendieron mil 234 siniestros por inundación a nivel nacional.
Cada uno de estos reportes se clasifican por el nivel al que sube el agua: nivel 1, hasta el estribo; nivel 2, hasta la mitad de la rueda y nivel 3, por encima del tablero.
Cuando el daño se califica como nivel 1 y 2 se asigna a un centro de reparación donde se evalúan para determinar los daños y reparar la unidad, si el daño supera el 65% el vehículo será determinado como pérdida total. Con el nivel 3 es pérdida total.
Pero, ¿qué pasa si vas circulando y cae una tromba que te impide avanzar y el nivel del agua empieza a subir? En primer lugar, apagar el vehículo, aunque el instinto te diga lo contrario. “No intentar encenderlo para no generar daños mayores por el agua, y si el auto queda atrapado en una inundación es importante que no intente moverlo, es preferible esperar a que baje el nivel del agua y seguir las recomendaciones del ajustador”, recomendó el especialista de Quálitas.
Depende mucho de a dónde llegue el agua, pero los problemas más comunes se dan en el sistema electrónico, “el cableado, arneses de computadora, algunos sensores llegan a tener un corto circuito especialmente si se maneja corriente alterna, pues estos se pueden sulfatar u oxidar, también se pueden dañar las terminales de los sensores y las terminales de las computadoras, lo que ocasiona problemas bastante serios”, explicó Gustavo Cardelas Velázquez, dueño de Sermax Garage y Conceptos Industriales Automotrices.
Otra parte que se tiene que revisar es el nivel del agua en los fluidos, por ejemplo, en el sistema de frenos, ya que si tiene agua se debe reemplazar el líquido, también checar el líquido de las transmisiones automáticas, “eso es delicado, pues cuando se inunda, si no se reemplaza de manera inmediata puede ocasionar desprendimiento de discos, problemas con los pistones del embrague, si se oxidan internamente crean cortocircuito, por eso lo ideal es no arrancarlo y hacer una revisión completa de los sistemas”.
El costo de una reparación de un vehículo inundado varía, pues como se dijo anteriormente, depende de hasta donde llegó el nivel de agua. “Acabamos de reparar un Mazda, se inundó y se dañó el sensor del ventilador y hace dos semanas atendimos un Mercedes-Benz cuya reparación costó cerca de 28 mil pesos”, reveló Cardelas.
Para el dueño de Sermax Garage, en esta temporada lo que más abunda son los problemas con los amortiguadores, “las partes móviles de la suspensión como las horquillas, las rótulas y los estabilizadores, los mismos amortiguadores sufren de desgaste prematuro o roturas”.
El seguro ¿me protege?
Cada vez que sucede una situación de emergencia, lo primero que se piensa es en el seguro. No todas las pólizas cubren daños por lluvia, por lo que conocer que protección te brindan es vital para evitar alguna tragedia.
En Quálitas, por ejemplo, la cobertura de daños materiales contempla este tipo de afectaciones, sobre todo para la temporada de lluvias.
“Muchas veces la gente no sabe que su póliza puede incluir la cobertura de daños materiales causados por hechos relacionados con las lluvias u otro tipo de desastres, esta protección se incluye en algunos paquetes limitados y, generalmente, en todos los amplios, los cuales son los más recomendables, pues además amparan siniestros como volcaduras y daños por los choques que aumentan en esta época del año”, manifestó el vocero de Quálitas.
Para el especialista es importante conocer la geografía del país e identificar las posibles amenazas como rayos, ciclones y huracanes, inundaciones, desgajes de tierra o erupciones para así buscar la mejor cobertura.
“En caso de que apenas se piense contratar una póliza, se debe saber qué cubre y cuánto es el deducible de los eventos. Por ejemplo; en la pérdida total por factores hidrometeorológicos es de alrededor de 10%, mientras que por daños parciales es de 5% del valor convenido o comercial de la unidad.
Este porcentaje también puede evitarse contratando un plan libre de deducible, el cual es un poco más caro, pero no se invertirá más dinero en caso de presentarse un incidente”, puntualizó.
¿Y los autos eléctricos?
Existen muchos mitos alrededor de los autos eléctricos y con la lluvia crece el temor de que sufran un cortocircuito.
Sin embargo, estos vehículos cumplen con los estándares internacionales sobre ingreso del agua, además de tener sistemas de seguridad diseñados para minimizar la probabilidad de un corto, indicó Sergio Enrique Álvarez de Quálitas.
“Regularmente, los autos eléctricos cuentan con un sistema de propulsión de 220 volts, sin embargo, estos se manejan completamente independientes a cualquier otro sistema. Si lo que preocupa son las baterías, generalmente cuentan con una protección hermética en carcasas individuales que se alojan en la parte baja del auto.
Esa construcción hace prácticamente imposible que el agua se filtre”.
Al igual que con los vehículos de combustión interna se debe cuidar el cableado y el motor adicional, pues en caso de inundación la reparación sería realmente cara.
Por cierto, Alejandro Lomelí aprendió una valiosa lección del incidente en Acapulco, “en cualquier momento, por una cuestión de la naturaleza puedes perder tu auto o tus bienes, por eso siempre procuramos tener un seguro con cobertura amplia”.