Aunque 2008 será un año difícil, por los aumentos de precios en las materias primas y la contracción de la economía estadounidense, el negocio de componentes automotrices en México prevé concluir con un aumento de 4.7 por ciento en su valor de producción.
Pese a la crisis económica que prevalece en el sector automotor estadounidense y que se ha resentido en el mercado automotriz nacional, la industria de autopartes continúa hacia adelante gracias a que México resulta estratégico en los planes de expansión de las armadoras de vehículos hacia otras naciones del mundo.
Cabe recordar que la venta de automóviles nuevos en el vecino país del norte durante el primer cuatrimestre de 2008 cayó 7.7 por ciento; mientras que de enero a marzo, México exportó alrededor de siete mil 77 millones de dólares en autopartes, lo que significó 7.4 por ciento más que en 2006 en igual lapso.
Según el Departamento de Comercio de Estados Unidos, esa cifra es el segundo crecimiento más importante de la adquisición de autopartes nacionales en los últimos seis años.
Hoy en día, las autopartes mexicanas, a decir del organismo, reportan una participación de alrededor del 30 por ciento en el mercado estadounidense, seguido de Canadá con sólo el 20 por ciento.
Todo ello, derivado del crecimiento de las exportaciones mexicanas de vehículos ligeros a ese país, las cuales de acuerdo con datos de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), sólo de enero a abril de este año aumentaron 10.9 por ciento, obteniendo una participación de 32.1 por ciento en las importaciones automotrices estadounidenses.
Así, con el envío de 380 mil 483 unidades a tierras americanas, México mantiene a la alza su mercado de componentes automotrices, ya que cada vez son más los modelos que se fabrican en plantas nacionales para su venta al exterior, siendo Estados Unidos el principal receptor de las exportaciones con el 71.5 por ciento
Esto, gracias a que existen armadoras que han incrementado sus volúmenes de producción y algunas empresas están aprovechando la paridad del peso frente a otras monedas para entrar a otros mercados.
Más proveedores
Como se mencionó, debido a la situación de la economía del vecino país del norte, algunas armadoras han cambiado sus estrategias de producción, siendo México una de las opciones por su experiencia en la industria automotriz y por su obra de mano calificada.
Por esa y otras razones, automotrices como Chrysler, Honda, Ford, Nissan, General Motors y otras más, en los últimos años han realizado en el país cuantiosas inversiones a la par que buscan incrementar sus niveles de proveeduría de autopartes asentados en territorio nacional para ser más competitivos en costos, sobre todo en sus envíos a otras regiones, como es el mercado europeo y asiático.
Por ejemplo, en julio del año pasado, Metalsa en conjunto con Toyota, invirtió 160 millones de dólares en la instalación de una línea de producción de chasises para el modelo Tundra, cuyo objetivo es generar divisas por 100 millones de dólares anuales.
Adicional a eso, la firma japonesa anunció que durante este 2008, realizará compras de componentes automotrices en el país por dos mil millones de dólares, cifra que duplicará a las registradas en 2002.
Asimismo, General Motors el año pasado también hizo adquisiciones de componentes en el país por 11 mil millones de dólares, fomentando aún más el desarrollo del sector.
De igual forma, en ese periodo, Chrysler adquirió autopartes fabricadas en México por cuatro mil millones de dólares, cantidad que espera superar al cierre de 2008.
De hecho, la automotriz a inicios de año lanzó un programa denominado “Magallanes” para sustituir a proveedores, pues ahora el plan es atraer a empresas que fabrican pequeños componentes.
Y aunque este proyecto se lanzó a nivel mundial, con el propósito de sumar a alrededor de 248 empresas “no tradicionales” en el rubro, la firma prevé que del potencial estimado en compras valuadas en seis mil millones de dólares, mil 800 dólares se queden en suelo mexicano.
En este esquema, también participan autopartistas de China, India y otras naciones de Latinoamérica. Sin embargo, Chrysler apuesta fuerte por la proveeduría nacional.
Por su parte, Honda, quien recientemente trasladó la producción de su modelo CR-V a la planta de El Salto, Jalisco, dio a conocer que sólo entre 2006 y 2008 gastará en el país 140 millones de dólares, con lo que deja ver a México como una nación estratégica en sus operaciones.
Adicional a ello, la industria de autopartes hoy en día se beneficia de los tipos de cambio de monedas como el euro, lo que ayuda a que algunas armadoras europeas y hasta asiáticas busquen establecerse en México, aspecto que fortalecerá aún más a los fabricantes de componentes constituidos en la República Mexicana.