El 2020 está a la vuelta de la esquina, de frente a una nueva década donde el sector automotriz planea revolucionar la forma de moverse con el impulso de la inteligencia artificial y con ello, ponerse a la par de las tendencias globales.
Hace miles de años, desde los primeros asentamientos humanos, las personas tuvieron la necesidad de desplazarse de un sitio a otro, para buscar comida, intercambiar productos o buscar mejores condiciones de vida.
Con el paso del tiempo, la humanidad evolucionó, dominó a algunos animales que le ayudaron en ese desplazamiento, posteriormente creó las primeras máquinas de vapor que permitieron traslados más rápidos, sin embargo, la gran revolución fue -sin duda- la aparición del motor de combustión interna, que llevó la movilidad a su máximo nivel, pues las personas pudieron trasladarse de forma personal o en grupo a casi cualquier punto.
Actualmente, la sociedad busca mejorar la movilidad: más rápida, eficiente, segura y amigable con el medioambiente. Ante las necesidades del siglo XXI, el sector automotriz trabaja en tres grandes tendencias: electrificación, autonomía, conectividad y, por ende, una movilidad mucho más eficaz.
ELECTRIFICACIÓN
En la búsqueda de energías alternas, los autos eléctricos llevan la delantera, aunque su participación en ventas es mínima, apenas el 1.6% de enero a octubre, según datos de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), durante la próxima década todos los fabricantes tienen planes para incorporar a su portafolio varios modelos eléctricos, que, además de su tecnología, deberán ser lo suficientemente atractivos para conquistar a los consumidores.
“No es coincidencia que Ford decidiera comenzar a hacer sus vehículos eléctricos en México, aquí existe una base de proveedores importantes”, dijo Fernando González, country manager de Segula Technologies México.
A pesar de este gran paso, el especialista en desarrollo de tecnología se mostró escéptico sobre el futuro de los autos eléctricos en el país. “No creo que vengan cosas nuevas, hay mucho por hacer”, explicó.
El principal reto para la penetración masiva de estos autos es el tema de las baterías. “Se tienen que crear mejores equipos, lograr tener esa eficiencia energética, sustentabilidad y desarrollo de productos”, indicó Gunther Barajas, vicepresidente de Dassault Systems México.
Sin embargo, las grandes armadoras tienen otros planes. BMW, por ejemplo, se puso como propósito para el 2025 contar con al menos 25 modelos electrificados, meta que cumplirá en el 2023. “Estamos firmemente comprometidos con una conducción libre de emisiones”, afirmó Harald Krüger, presidente del Consejo de Administración de BMW AG.
AUTONOMÍA
En la película I’m robot, (Yo, robot en México) el protagonista Will Smith “conduce” un Audi totalmente autónomo, el vehículo se traslada de un punto a otro sin intervención humana, y es hasta que él toma el volante que se produce un accidente. En la cinta explica que los “autos del año 2035” son manejados por inteligencia artificial para evitar errores humanos.
¿Qué tan cerca estamos de ese nivel de autonomía?, ¿un mundo sin accidentes automovilísticos?
El nivel de autonomía actual es de 3.0 y armadoras como Tesla hablan ya del 4.0, sin embargo, todavía es necesaria la intervención humana.
Actualmente todas las armadoras tienen como premisa cero accidentes y para eso se apoyan en la autonomía, una de ellas es Nissan, que con la plataforma Nissan Intelligent Mobility, desarrolla tecnologías para acercar la autonomía 5.0 a los vehículos de uso cotidiano.
De acuerdo con Melissa Cefkin, antropóloga y científica en jefe en el Centro de Investigación de Nissan en Sillicon Valley, no buscan privar a los humanos de disfrutar la experiencia de manejo, sino construir un mejor futuro donde los vehículos sean sus compañeros y los conductores se sientan más seguros y conectados.
“La idea de que un vehículo tome decisiones y acciones para que el conductor no tenga que hacerlo, le da a la persona la autonomía para hacer otro tipo de cosas. La toma de decisiones en el manejo es una de las áreas clave para la inteligencia artificial”, explicó la especialista en un evento en Brasil.
CONECTIVIDAD
Para el 2020 esperamos que el 85% de los vehículos que salgan al mercado tengan capacidad de conectividad vía internet”
Gunther Barajas, vicepresidente de Dassault Systems México.
Sin embargo, ésta será recreativa, es decir, para los jóvenes, y lo que buscan los fabricantes es recibir información para analizar hábitos de conducción, comportamiento, caminos para desarrollar acciones preventivas.
“La industria está moviéndose muy rápido”, reflexionó y más allá de la conectividad el reto es la continuidad digital, es decir la recopilación y análisis de los datos para crear estrategias a favor de una movilidad más eficiente.
De acuerdo con GM, en los próximos 10 años, los vehículos necesitarán mayor ancho de banda lo que les dará mayor conectividad para que los sistemas de propulsión eléctrica, de asistencia al conductor y los sistemas avanzados de seguridad activa funcionen en conjunto.
La armadora planea que para el año 2023, casi el 100% de su gama de autos estén conectados.
Según su presidente, Mark Reuss, la “nueva plataforma de vehículos digitales y sus sucesores sustentarán todas nuestras innovaciones futuras en una amplia gama de avances tecnológicos, incluidos los EV (electric vehicle) y la conducción automatizada ampliada”.
GM no es la única armadora que trabaja en temas de conectividad, otro caso es Volkswagen, quien de una generación a otra aumentó de 10 millones de líneas de código a 100 millones. Estima que el reto más grande para los desarrolladores es la conexión en red interna y externa del auto. La razón: todos los sistemas de un vehículo deben intercambiar datos constantemente para asegurar funciones óptimas.
MOVILIDAD
¿Cómo mover a más de 7 mil 600 millones de personas? Esa es la gran interrogante.
Según el estudio El futuro de movilidad realizado por la consultora Deloitte, se prevén cambios graduales, desde compartir el auto hasta vehículos sin conductores. Estos cambios no sólo afectarán directamente a la industria automotriz.
Aunque parece lejano, las armadoras ya viven en ese futuro, Ford cuenta con la tecnología C-V2X (Cellular-Vehicle-to-Everything), que consiste en una comunicación inalámbrica que tiene la capacidad de “hablar” y “escuchar” a vehículos similarmente equipados, personas e infraestructura de gestión del tráfico como los semáforos, con la finalidad de transmitir información y ayudar a que la movilidad de la ciudad sea más segura y menos congestionada.
Las ciudades podrían incluso utilizar esta tecnología para permitir que los vehículos “hablen” con los sistemas de gestión de tráfico inteligentes, para crear sistemas de transporte que fluyan de una manera más eficiente.
Desde hace algunos años, Nissan desarrolla tecnologías como Seamless Autonomous Mobility (SAM), un sistema basado en inteligencia artificial que permite producir e integrar, en la sociedad, vehículos robotizados totalmente inteligentes, capaces de tomar decisiones en distintos entornos de conducción.
Otra tecnología es Brain to vehicle, B2V, que interpreta las señales del cerebro del usuario para asistir con la conducción y ayudar a los sistemas autónomos y manuales del vehículo a aprender del conductor. Y recientemente presentó Invisible to Visible, I2V, que permite “ver lo invisible” fusionando el mundo real y virtual, su objetivo es movilizar a las personas hacia un mundo mejor.
MEDIOAMBIENTE
Además de la revolución tecnológica, el sector automotriz está envuelto en otra revolución, la del cuidado del medioambiente.
Más allá del uso de energías alternativas para el funcionamiento de los nuevos vehículos, las armadoras están en el ojo del huracán, pues sus procesos de fabricación y materiales que se usan para la fabricación de automóviles son altamente contaminantes.
Para reducir su huella de carbono las armadoras cuentan con programas que eficientan sus procesos de fabricación, un ejemplo es la planta de Nissan Aguascalientes A1, la primera de la red de manufactura de la Alianza Renault-Nissan del mundo en utilizar biogas y energía eólica, con lo que evitó la emisión de más de 300 mil toneladas de CO2 a la atmósfera.
Otra armadora que cuida al planeta es Ford, ya que en su planta de motores en Chihuahua, utiliza 100% agua reutilizada para sus procesos y baños, mientras que las plantas de Estampado y Ensamble, en Hermosillo y Cuautitlán, y la de transmisiones, en Irapuato, reutilizan más del 50% del agua en procesos de manufactura.
Y entre sus planes está que para el 2035 el 100% de la energía que use en sus plantas de manufactura a nivel mundial sea 100% renovable.
OTRAS ALTERNATIVAS
Y aunque no se encuentra en el tintero, la hibridación de vehículos es parte de los grandes retos en el corto y mediano plazo para la industria, “son el puente entre los autos de combustión interna y los autos eléctricos”, afirman los especialistas.
Entre las armadoras que llevan la delantera destaca INFINITI, al ser la primera marca de lujo en introducir vehículos con tecnología híbrida de alto desempeño, gracias al sistema Energy Recovery System (ERS, por sus siglas en inglés) el cual convierte la energía cinética disipada durante el frenado en electricidad para generar un impulso que se transmite directo a las ruedas.
Este sistema reduce la dependencia de combustibles fósiles gracias a que puede mantener un manejo más controlado, con baja velocidad se acciona el motor eléctrico y puede mantenerse sin utilizar el motor de combustión.
Otra energía alternativa es el hidrógeno, una energía limpia pues sólo emite vapor de agua; sin embargo, no termina de cuajar y son muy pocas las armadoras que le apuestan a esta tecnología.
El 2020 está a la vuelta de la esquina y las armadoras se alistan para una década de cambios. “La hibridación, la electrificación y la digitalización de nuestra flota se están convirtiendo en un área cada vez más importante en la cual nos enfocaremos”, indicó Herbert Diess, CEO de Volkswagen Group.