Ante el cierre de operaciones de fabricantes de vehículos y de autopartes en nuestro país, al considerarse actividades no esenciales durante la emergencia sanitaria para frenar el COVID-19, decretada por el gobierno federal, el Clúster Automotriz del Estado de México (ClautEdomex) se alista para normalizar sus actividades una vez que se gire la orden de apertura.
“El que estén cerradas todas las armadoras envía mensajes muy claros de cuál es la línea que debe seguirse, para nosotros, lo más importantes es que estemos listos en la cadena de valor, para que en el momento en que estas empresas vuelvan a abrir su cadena de proveeduría esté lista”, destacó en entrevista para Alianza Automotriz, Elisa Crespo Ferrer, directora del Clúster Automotriz del Estado de México.
Refirió que, en las últimas semanas, el organismo en conjunto con otras entidades de la iniciativa privada se han dado a la tarea de transmitir al gobierno federal, la enorme preocupación de estar alineados a las necesidades de la industria.
No obstante, dijo, la industria automotriz tomó sus precauciones semanas antes de decretarse la emergencia sanitaria, por una instrucción global que fue escalando a las empresas Tier 1 y a toda la cadena de valor.
“60% de las empresas ya pararon operaciones. Hay que considerar que el riesgo de contagio por COVID-19 es muy alto y que, al disminuir procesos, tienen la oportunidad de establecer sus protocolos de higiene y seguridad”, explicó.
Recordó que actualmente existen más de 300 empresas del sector instaladas en el Estado de México.
Agregó que luego de los anuncios del gobierno federal, referentes a que la industria automotriz no es para México un sector esencial, hubo una serie de interpretaciones por parte del estado para dejar en claro, cuáles sí podían seguir operando y cuáles no.
“En la cadena de valor, no todas las empresas están dedicadas 100% al sector automotriz, participan en industrias como la farmacéutica, alimentaria y aeronáutica. En este contexto, las empresas tuvieron semanas de incertidumbre para interpretar el mensaje del gobierno federal”, comentó.
Declaró que, si bien el tema económico no será sencillo se está haciendo un gran esfuerzo para conservar las fuentes de empleos, además de preservar la salud de los trabajadores.
¿Problemas de desabasto?
De acuerdo con la ejecutiva, entre los segmentos de la proveeduría automotriz que podrían verse afectados por el cierre de plantas, destacan los insumos primarios, por ejemplo, inyección de plástico.
“Debido a que otros países están en peores circunstancias que México, incluido, Estados Unidos, se tendrá un efecto en el abasto de insumos básicos, pero la lista podría ser muy larga”, señaló.
En cuanto a las pérdidas que esto genera a las empresas del clúster, estimó que, para una compañía mediana (75-100 empleados) la pérdida mensual oscilará entre los 250 y 300 millones de pesos, “multiplícalo por dos o tres meses que dure la emergencia sanitaria. En la micro, pequeña y mediana empresa, no habrá quién resista a cerrar durante tanto tiempo. Es importante que los gobiernos de los estados desarrollen instrumentos que les permitan salir de este trimestre tan crítico”, sentenció.
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