El 10 de julio del año en curso, la nueva General Motors Company inició operaciones con una nueva estructura corporativa, un balance general más fuerte y un compromiso renovado para hacer que el cliente sea el centro de la nueva GM.
“Hoy se marca un nuevo comienzo para General Motors, una empresa que permitirá que cada empleado, incluyéndome, estamos de regreso al negocio de diseñar, construir y vender excelentes autos y camionetas, sirviendo a las necesidades de nuestros clientes”, mencionó Fritz Henderson, presidente y director ejecutivo de GM. “Estamos profundamente agradecidos con el apoyo que hemos recibido durante esta histórica transformación. Trabajaremos fuertemente para responder a la confianza que nos han dado, construyendo una nueva y exitosa General Motors”.
La nueva compañía estará controlada en 60.8 por ciento por el Tesoro de Estados Unidos, 11,7 por ciento estará en los gobiernos de Canadá y Ontario y 7.5 por ciento será del mayor sindicato de la firma.
El restante 10 por ciento será acreditado a la “vieja GM”, una estructura casi vacía que seguirá en quiebra mientras liquida activos. En México, también se dieron más detalles sobre el plan de reestructura de la empresa.
En conferencia de prensa, Grace Liebleim, presidenta de General Motors México (GMM) anunció el recorte de 300 trabajadores no sindicalizados y la disminución en la red de distribuidores. Sin embargo, garantizó la permanencia de la empresa por muchos años en el mercado mexicano.
Actualmente la armadora tiene tres mil 300 trabajadores en sus cuatro plantas en el país, pero con el recorte de 12 por ciento del personal, la cifra quedará en tres mil.