Llegar al vigésimo primer aniversario y comenzar el número 22 no es fácil. Para Alianza Automotriz ha significado una serie de retos: evolucionar y estar a la vanguardia a la par del mercado automotor nacional. Además, de cumplir con las expectativas de nuestros lectores, proporcionándoles información veraz y de sumo interés para sus negocios.
Así, a sus 21 años de vida, Alianza Automotriz se convierte en la principal testigo de los acontecimientos que ha vivido el sector en los últimos años. Aperturas comerciales, el GATT y el TLCAN, han marcado toda una etapa que se refleja en las páginas de la revista, donde nuevas armadoras anunciaron su llegada e invadieron las calles mexicanas, a la vez que se integró toda una cadena de proveeduría nacional e internacional.
Hoy, tanto en la publicación como en la industria, visualizamos un escenario distinto. Los múltiples sucesos en la industria internacional, que incluyen reestructuras de automotrices y la disminución de la participación de armadoras estadounidenses, vinieron a cambiar las formas de hacer negocios.
Para muestra, de estos cambios, la firma Global Insight, resalta que después de la desaceleración del sector entre el 2002 y el 2004, el mercado no alcanzará ritmos de crecimiento superiores a cuatro por ciento, tal como se había pronosticado.
Esto, a consecuencia de que México no ha diversificado su producción, es decir, sólo continúa con la manufactura para Chrysler, General Motors y Ford; y no contempla que cada vez el mercado está más competido y otras empresas comienzan a tener mayor participación, entre ellas las japonesas, como Toyota, la cual también está ampliando sus operaciones en territorio nacional.
Asimismo, una de las estrategias que debe seguir la producción nacional es aumentar las exportaciones hacia otras partes del mundo, sobre todo a Europa y Asia, regiones que presentan un crecimiento acelerado en su economía automotriz, y donde México carece de presencia en el rubro.
Cifras de la Asociación Mexicana de la Industria Autonomotriz (AMIA), advierten que durante el primer semestre de 2006, sólo Volkswagen vendió a la región asiática 443 automóviles; mientras que a Europa, en igual periodo, la armadora alemana envió 523 mil 94 vehículos de pasajeros; seguido de DaimlerChrysler con 11 mil 664 autos y mil 764 camionetas.
El resto, Ford, General Motors, Honda, Nissan, Renault, y Renault, principalmente, así como Volkswagen y Chrysler, sólo enfocan la producción nacional a Norte, Centro y Sur América.
Así el escenario, las expectativas de crecimiento vienen fuertes para China e India, en mayor proporción, que aunque por ahora están más dedicadas a abastecer su mercado local, será en lo siguientes años cuando entren fuertemente a las exportaciones, por lo que México debe estar alerta e imponer estrategias que contrarresten el fenómeno a la industria nacional.
Analistas proyectan que será hasta después de 2010 que las economías emergentes como China alcancen sus niveles de calidad, lo que permitirá que sus vehículos se importen en Estados Unidos y Canadá, países a donde México envía la mayor parte de su producción.
Por tanto, México necesita aprovechar sus componentes de alto valor y dejar de producir sólo autos pequeños; desarrollar su capacidad de ensamble para el mercado norteamericano y sobre todo involucrarse con fabricantes europeos y asiáticos.
Incluso, el panorama para el 2007 proyecta una desaceleración, lo que implicará que el consumidor gaste menos, y además se sumen impactos por impacto de los insumos, principalmente del petróleo.