Ahorrar combustible y al mismo tiempo reducir las emisiones contaminantes es la función principal de los inyectores de gasolina.
Sin embargo, con el uso del vehículo los inyectores se obstruyen y comienzan los problemas, pues el combustible no tiene una buena combustión.
Parte del mantenimiento consiste en lavar los inyectores para quitar hollín y residuos de la gasolina. Para la limpieza se utiliza el laboratorio de inyectores, cuya función es diagnosticar y recuperar cualquier inyector de gasolina.
Para limpiarlos es necesario colocarlos en una tina de ultrasonido en la que se emiten pulsaciones electromagnéticas capaces de desintegrar toda micropartícula. En el laboratorio se revisa la cantidad correcta de gasolina, que el inyector tenga una buena atomización, la frecuencia de pulsaciones electrónicas del micro-pivote y la hermeticidad en goteo.