Aunque todos lo tenemos, este recurso además de valioso es limitado y varios no lo utilizan de igual forma.
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Hace poco salió a la plática entre un grupo de mecánicos, la problemática qué es el aprovechamiento del tiempo. Entre otras preguntas, hay una que nos abre paso a la reflexión: ¿Por qué si todos tenemos 24 horas al día, a unos parece rendirles más que a otros?
La realidad es que si bien todos lo tenemos, la mayoría no lo invertimos (o gastamos) de igual manera. Cada día, las decisiones de qué hacer a cada momento van determinando si el día rinde o no.
Una de las primeras condiciones a señalar es que no por tener mucha actividad resulta que estemos haciendo demasiado. Existe el caso de las moscas y las abejas. Mientras las primeras se la pasan volando todo el día, las segundas solamente lo hacen por la mañana mientras recolectan polen y regresan a su panal para producir la miel.
En algunos talleres suelen “trabajar” hasta altas horas de la noche, supuestamente para producir más pero lo cierto es que se convierten en ineficientes. Conforme pasan las horas, el rendimiento disminuye y se produce más lentamente, el cerebro se cansa y piensa erróneamente y se propician accidentes. En resumen: no por cerrar tarde el taller significa que estamos laborando más.
Tener y respetar un horario de trabajo
Esto nos programa para aprovechar mejor el tiempo. Abra siempre el taller a la misma hora y no lo cierre después del horario señalado y si lo hace, que sea ocasionalmente. Está demostrado que las tareas se expanden para ocupar todo el tiempo disponible para ellas. Por ejemplo, si usted a las dos de la tarde se da hasta las ocho de la noche para terminar una afinación que puede hacer en dos horas, inconscientemente se tardará más y seguramente le darán las ocho y la estará terminando. Por esta razón, los talleres que no tienen hora de salida se vuelven improductivos, pues esa costumbre de salir noche da pretexto a que al día siguiente se falte o se abra tarde.
Programe sus actividades
Cada nuevo trabajo que llegue debe ser analizado y acomodado dentro de un programa para encajar con los demás. Para evitar viajes dobles o triples a la refaccionaria, es importante revisar las compras que se deben hacer para realizarlas en una sola operación.
Mantenga el orden
Tener cada cosa en su lugar ahorra tiempo, evita accidentes y genera eficiencia. El tiempo que se pierde al buscar herramientas, refacciones o llaves de un vehículo sumado puede ser incluso de horas al día.
No olvide lo importante
A veces, la urgencia nos hace pasar por alto detalles relevantes. Por ejemplo, cuando se recibe rápidamente un auto se omite llenar orden de servicio, anotar los datos del cliente o preguntar si se requiere facturar el servicio. Después, durante la reparación o la entrega, se pueden presentar retrasos por carecer de una autorización o por falta de información que debió ser recabada durante la recepción del vehículo.
Identifique qué está haciendo que no vale la pena
Si se tiene claro que no se puede trabajar al 100 por ciento toda la jornada, es importante mencionar que hay algunas actividades improductivas que por mal hábito son parte del quehacer diario. Muchos talleres acaban siendo centro de reunión de vecinos o amigos y su presencia entorpece el trabajo. En otros casos, hay lugares donde han estado “reparando” por años vehículos que al final terminan en la basura, con su respectivo desperdicio de tiempo y dinero, por falta de visión y planeación que hubiera indicado desde el principio que aquello no sería negocio.
Haga pausas en el trabajo
Algunos mecánicos, difícilmente desperdician tiempo y se meten al trabajo de lleno todo el día sin hacer pausas. Este extremo contrario también es perjudicial. El cerebro y el cuerpo necesitan de descanso cada dos horas y esto se puede lograr con el simple cambio de actividad. Permita y dese la oportunidad de relajarse cada dos horas por espacio de cinco minutos y verá como con una mente despejada y un cuerpo relajado la capacidad de trabajo aumenta enormemente.
Capacítese
Algunos me dicen que no van a nuestros cursos porque no disponen de tiempo, pero siempre lo tienen para llamar y pedir asesoría o requerir la ayuda de otros talleres. La capacitación provoca eficiencia y rapidez para el trabajo, cuando se cuenta con la habilidad y los conocimientos necesarios.