Aprender de los errores

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Dice el refrán que nadie es perfecto y es de humanos errar. Pero los seres humanos reaccionamos de distinta forma ante los errores, mientras algunos los sufren y los esconden, otros los aprovechan para crecer
Todos los días, la vida nos va dando la oportunidad de crecer y de aprender. El trabajo del servicio automotriz es una actividad cuyos retos van cambiando con cada vehículo diferente que entra al taller.

Sabemos que el rápido cambio en los sistemas automotrices obliga a los mecánicos a tratar de adaptarse en lo posible a ellos para seguir dando servicio. Como resultado de este proceso de adaptación suelen cometerse errores propios de quien se enfrenta a algo nuevo, pero en la forma en la que reaccionemos ante estas equivocaciones resultará ya sea un estancamiento o un crecimiento.

El cómo reaccionan los seres humanos ante los errores es determinante para saber si una persona tendrá un desarrollo o no, y por ello será fundamental que analicemos nuestras actitudes frente a los fracasos.

Un primer vicio: la negación
De los malos hábitos más frecuentes ante los errores está el de la negación, que es la actitud de tratar de ocultar o minimizar una equivocación. Así como los niños pequeños saben que hicieron algo malo, pero por temor al castigo lo niegan, de igual forma los adultos solemos negar nuestras fallas para evitar las consecuencias.

El problema de negar un error es que puede retrasar las consecuencias, pero no eliminarlas. Por ejemplo: un mecánico tuvo un problema para reparar un vehículo y por desconocer el proceso de desmontaje de un sensor lo daña dejándolo inservible, pero en lugar de analizar por qué lo rompió acalla su conciencia diciéndose a sí mismo: “No fue mi culpa, ya venía roto”. A la hora de cobrar, si no fue su responsabilidad, le cobra al cliente el costo del nuevo sensor y se olvida del detalle.

Pero las consecuencias de esto se verán en el mediano plazo, porque al estar trabajando mal el mecánico le hace pagar por sus errores al cliente, cobra más caro y por lo tanto está en desventaja con su competencia, y lo más grave es que como piensa que “no” comete equivocaciones, entonces no está obligado a corregirlos, y por lo tanto no aprenderá de ellos y se seguirán presentando.

Segundo vicio: Yo no fui
Algunas personas si reconocen errores, pero sólo en los demás. Siempre encuentran justificación en lo que hacen y se acostumbran a buscar culpables y no soluciones, con resultados similares a los que comentamos en los párrafos anteriores.

Por ejemplo: a un mecánico le encargan un ajuste de motor, y por descuido no lo prepara adecuadamente y tiene deficiencias en el armado. Cuando el cliente llega a reclamar, se justifica diciendo que el del problema es el rectificador o el cliente que maltrató el motor, y no se cuestiona ni por un segundo si él cometió un error. Por lógica, si cree que está en lo correcto, inconscientemente no hará nada para mejorar su desempeño y le dejará la responsabilidad a otros.

Actitudes

Pasemos ahora a los aspectos positivos ante los errores.

Comencemos por mencionar la actitud. Es fundamental revisar cuál es nuestra postura ante una equivocación, porque un enfoque positivo de crecimiento nos lleva a ser mejores.

Platican que cuando Edison estaba en el proceso de invención de la bombilla eléctrica, uno de sus colaboradores le señaló los cientos de fracasos antes de solucionar el problema, el inventor le respondió: “No fueron cientos de fracasos, fueron cientos de formas en las que no se podía hacer una bombilla eléctrica”.

Una actitud positiva lo puede llevar a usted a sacar un crecimiento de los errores, para transformarlos en experiencias. Dicen que quien no asume sus equivocaciones está condenado a repetirlas, pero que quien aprende de ellas está en el camino de ser sabio.

Comience por tener una actitud positiva, esto es, ver a cada cliente y vehículo como una oportunidad de servicio y crecimiento; asimismo observe en cada problema una oportunidad y no un problema en cada oportunidad.

Otra buena actitud es la aceptación. En alguna ocasión leí que los grandes líderes aceptan sus errores y los corrigen.

Usted no es perfecto, dése la oportunidad de fallar porque a final de cuentas, sólo se equivocan los que se atreven. Recuerdo que cuando llegó la Inyección Electrónica a México, muchos mecánicos rechazaban vehículos con este sistema por no tener conocimientos, pero al mismo tiempo no aceptaban que debían cambiar y capacitarse, lo cual a muchos los sacó del mercado.

Si desconoce algo, acéptelo, y tome acción preparándose y adquiriendo el conocimiento necesario.

Más información en Alianza Automotriz 334 enero de 2007

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