Alberto Torrijos, socio líder de la industria automotriz en Deloitte México
La electrificación de la movilidad ha tenido un importante impulso en los últimos años. El hecho de consumir menos combustibles fósiles y tener una opción más amigable con el medioambiente, así como reducir costos, son aspectos de gran atractivo para conductores y empresas.
Sin embargo, el entusiasmo por los automóviles eléctricos hoy podría ser un poco más discreto. Este giro es motivado principalmente por el entorno de incertidumbre creado por la actual pandemia de COVID-19, más específicamente por las preocupaciones financieras que se han originado.
Así lo indica el reciente estudio 2021 Global Automotive Consumer de Deloitte, cuyo objetivo es conocer la evolución de la movilidad, la conectividad, el transporte y otros asuntos alrededor del movimiento de personas y productos. El estudio de este año incluye las respuestas de más de 24 mil consumidores en 23 países.
Con respecto a México, el reporte revela que, como consecuencia de la emergencia sanitaria y el entorno económico resultante, el 44% de los conductores están interesados en los vehículos eléctricos híbridos (EHV). Este porcentaje es ligeramente menor al que se registró en 2020 (47%).
En contraste, se vio un aumento importante en su interés por los motores de combustión interna como el próximo vehículo que adquirirían, ya sea a gasolina o diésel: del 36% el año pasado a 49% en 2021.
Aun así, los autos eléctricos híbridos continuarán figurando en los planes de compra de los consumidores en el mediano a largo plazo. De acuerdo con el sondeo, las razones que se citaron para adquirirlos incluyen los menores precios de los combustibles, la protección del medioambiente y la reducción de emisiones, tener una mejor experiencia de manejo, un menor mantenimiento, y los programas de estímulos e incentivos del gobierno.
No obstante, los consumidores mexicanos expresaron también algunas de sus preocupaciones: la falta de una infraestructura de recarga (40%), el costo/precio (22%), el tiempo de carga requerido (16%) y la seguridad de la tecnología de las baterías (13%). Para los fabricantes y los gobiernos locales, estas inquietudes son un indicativo claro del trabajo que tienen que realizar de manera coordinada para desarrollar todo un ecosistema alrededor de la recarga.
De igual forma, necesitan poner atención a los recursos que los necesitarán en sus hogares para instalar el equipo necesario para energizar sus vehículos, y acceder a los apoyos gubernamentales en caso de que los haya.
La mayoría de las personas que planea adquirir un vehículo eléctrico espera poder cargarlo en casa (64%), mientras que una cuarta parte (25%) aprovecharía las estaciones de carga públicas, y el 10% lo haría en las instalaciones de las empresas para las que laboran.
Un factor que contribuirá al máximo aprovechamiento de los vehículos eléctricos híbridos será la tecnología inalámbrica 5G, cuya expansión continúa y eventualmente cubrirá a los principales mercados globales. A este respecto, los consumidores del país esperarían que los automóviles eléctricos que adquieran aprovechen las ventajas de 5G cuando esté disponible a escala nacional. De hecho, ya se mencionan los beneficios que puede traer al habilitar tecnologías como el Internet de las Cosas, además de beneficiar a industrias como la automotriz gracias a sus características inherentes, como una latencia significativamente menor. Tan solo en México, actualmente existen 8.9 millones de conexiones IoT en bandas celulares concesionadas y para 2026, se estima un aumento de aproximadamente 33.2%1.
Más de la mitad de ellos (59%) asegura que cuanto más conectados estén los vehículos eléctricos a una red wifi inalámbrica pública o privada, podrán obtener mayores beneficios. Desde obtener recomendaciones sobre qué rutas son más seguras para seguir, evitar congestionamientos y obtener recorridos alternos, hasta prevenir colisiones, conocer la disponibilidad de espacios de estacionamiento y obtener pronósticos de mantenimiento, son algunas de las ventajas que valorarían los conductores.
No obstante, la conectividad también genera inquietudes en torno a la seguridad: el 57% de los participantes mexicanos en el estudio señalaron sentirse temerosos de que un tercero tenga acceso a su auto y ponga en riesgo su seguridad personal, mientras que el 26% considera que los autos totalmente autónomos no serán seguros.
A pesar de la incertidumbre y de que la economía pudiera tardar en reactivarse debido a la pandemia, a los mexicanos les sigue entusiasmando la idea de tener un auto eléctrico híbrido. Para ofrecer esta opción al consumidor nacional, definitivamente deberá sumarse una infraestructura y plataformas más robustas que soporten el uso masivo de autos eléctricos, así como la continuación del apoyo de la legislación local en cuanto a beneficios y programas fiscales, además del impulso a una sustentabilidad energética limpia.