El mes pasado, en mayo de 2020, Volkswagen invirtió cerca de 510 millones de dólares en una fábrica de baterías para coches eléctricos en Salzgitter, Alemania y esto solo significa una cosa: la guerra.
El mercado de autos eléctricos global ha dependido de los desarrollos y la producción de baterías que tiene China, principal país donde los ‘autos verdes’ ya son una normalidad, y ahora occidente quiere independizarse.
Lo de Volkswagen ocurrió en el marco de la crisis sanitaria que desencadenó la pandemia de coronavirus (COVID-19) en Europa y las secuelas de todas las industrias obligaron a tomar decisiones drásticas y forzar “reacomodos” en todo el mundo, pues se dieron cuenta que depender tanto hacía muy frágil la cadena de suministro y se perdía mucho dinero.
La marca alemana está trabajando con la empresa Northvolt AB, el objetivo es producir células de batería de iones de litio; pero esto no será realidad hasta 2024, cuando comience la producción en serie.
Pero antes de seguir, hay que destacar un gran problema para la ‘democratización’ de la pilas: el precio, cosa que los chinos han reducido lo suficiente como para producirlas en masa.
Europa y EU, con las cartas sobre la mesa
La crisis que sufre la alianza Renault-Nissan-Mitsubishi es una muestra de cómo están las cosas, las tres empresas se dividieron el mundo y apuestan por los autos eléctricos y las baterías serán un insumo fundamental.
Para la europea Renault, por ejemplo, se le ha concedido su continente, pero ¿de dónde va a sacar las ‘pilas’? Puede ser que de su aliado, ¿pero si lo hiciera en casa?
Hace unos meses, la Comisión Europea aprobó el Proyecto ASTRABAT, conformado por 14 socios de ocho países europeos y cuyo objetivo fundamental es desarrollar una nueva generación de baterías de iones de litio de estado sólido para Europa, la situación se ha vuelto algo así como la “soberanía nacional”.
Entre otros objetivos, buscan impulsar la movilidad eléctrica explotando energías renovables no contaminantes, Francia encabezará el proyecto, en la búsqueda de hacerse competitivos ante los asiáticos: Japón, Corea y, desde luego, China.
Por su parte, de este lado del charco General Motors está trabajando en una batería llamada Ultium, la cual promete será rentable al solo costar 100 dólares por kWh, un gran cambio si se toma en cuenta que en 2010 costaba mil 100 dólares por kWh.
Las innovaciones llegan de China
Mucha es la devoción por: uno, no depender de terceros; dos, hacer competitivas otras regiones del mundo. Pero la realidad es otra: China no sólo es productor masivo, sino desarrollador de ingeniería y tecnología.
Recientemente, la empresa del gigante asiático Contemporary Amperex Technology (CATL) dio a conocer su proyecto de una batería que promete 2 millones de kilómetros y 16 años de vida útil, cifras increíbles para los estándares actuales.
¿Quienes pugnan por esta batería para usarla en sus vehículos? Dos norteamericanas: General Motors y Tesla.
El T-MEC, ¿oportunidad para México?
El T-MEC entra en vigor el 1 de julio de 2020, y el sector automotriz será uno de los más “influenciados” por el acuerdo económico entre Canadá, México y los Estados Unidos.
Éste estipula un porcentaje de valor de contenido regional que se debe enmarcar cerca del 60% e ir aumentando cada ciertos periodos hasta superar el 70%.
¿Qué significa esto? Los automóviles producidos en la región deben tener dichos porcentajes de piezas manufacturadas en la región, o bien, usar materiales que provengan de alguno de los tres países.
En este contexto podría verse afectado el acuerdo si las baterías llegan de Asia o Europa. Ahí entra la mina de Sonora, en México.
Hace un par de meses, se descubrió que el yacimiento más grande de litio -material clave en la fabricación de baterías para automóviles eléctricos- en el mundo, y está, precisamente, en Sonora.
Se calcula que cuenta con 243.8 millones de toneladas, que, si bien la de Humboldt, Nevada, cuenta con una generosa cantidad de 179.4 millones de toneladas para los estadounidenses, deben tener entre “ojo y ceja” al estado norteño.
Eventualmente, se acercaron inversores de todas partes del mundo a Sonora, para comenzar con la extracción de litio.
El gobierno de Sonora ya piensa, además, en la fabricación de automóviles eléctricos, por ejemplo, Tesla ya sabe que en México hay proveedores y materiales. Y todos tienen que colaborar para producir coches gracias al T-MEC.