Los primeros automóviles de la historia fueron todo, menos perfectos; casi al mismo tiempo que comenzaron a rodar tuvieron problemas y tuvo que nacer la mecánica automotriz.
Desde sobrecalentamiento o rotura de piezas y, como dice el refrán, “la necesidad agudiza el ingenio”, surgieron los primeros mecánicos.
Cabe recordar que en los albores de la industria, la fabricación de vehículos era artesanal, por lo que su reparación se dejaba a los herreros o mecánicos de bicicletas y en algunos casos, los mismos choferes aprendieron el oficio para mantener los autos en buen estado.
La creación del modelo Ford T, en 1908, revolucionó la industria y a los mecánicos que se vieron en la necesidad de especializarse y, al mismo tiempo, tener un espacio donde realizar sus reparaciones.
“Durante estos primeros años el modelo de trabajo fue evolucionando hasta estabilizarse en lo que sería el estándar en la mayoría de países: un negocio muy fragmentado, con muchos talleres de pocos operarios cada uno (incluso de una sola persona) y en el que el precio se fijaba por el número de horas que el profesional dedicada a cada cliente, lo que en Estados Unidos se denominó el sistema “Flat Rate”, explica Loctite en el artículo “¿Tienes idea de cuándo aparecieron los primeros talleres de coches de la historia?”.
Tras la Segunda Guerra Mundial surgieron nuevas marcas y modelos de automóviles, prácticamente todo el planeta se empezó a mover en cuatro ruedas y aunque los autos tuvieron menos fallas, los mecánicos se profesionalizaron cada vez más.
Actualmente existen varias especialidades en la mecánica automotriz, debido a que el oficio se convirtió en una profesión que requiere de capacitación y actualización de forma constante.
Bertha Benz, la primera mecánica
Aunque a Karl Benz se le atribuye la invención del primer vehículo impulsado por un motor de combustión interna, fue su esposa, Bertha Benz, quien decidió sacarlo de los terrenos de la fábrica para hacer el primer viaje largo de 106 kilómetros.
Aquí empieza la leyenda, pues se dice que durante el camino se detuvo varias veces en pozos de agua para reponer el líquido de enfriamiento del motor, además de usar la aguja de su sombrero para limpiar la manguera del combustible y usar la liga de sus medias para atar un conducto que perdía líquido.
De herreros a mecánicos
A principios del siglo XX pocas personas tenían vehículos y sólo unas cuantas personas sabían repararlos, por lo que las primeras restauraciones se encargaron a herreros para arreglar las piezas o fabricar nuevas.
Chofer y mecánico
La creación del Ford T transformó a la industria y la mecánica, pocas personas tenían los conocimientos suficientes, por lo que fueron requeridos como choferes-mecánicos.
“Al contrario de lo que se cree, estos empleados no eran unos simples mayordomos y, gracias a sus especiales conocimientos de mecánica, se ganaban el favor de los dueños, lo que les permitió ganar importantes sumas de dinero y privilegios”, explicó Loctite.
Flat Rate
Cuando la industria empezó a dar sus primeros pasos, surgieron marcas y modelos diferentes lo que provocó que los “choferes” fueran insuficientes, fue entonces que surgieron los primeros talleres independientes, con mecánicos especializados en una sola marca.
Cada uno fijaba el precio por el número de horas que le dedicaba a la reparación, lo que en Estados Unidos se conoció como Flat Rate.
Tecnología al servicio de la mecánica
Actualmente existen diversas especialidades: Mecánica general, servicio ligero y pesado, transmisiones automáticas, suspensión, diagnóstico y afinación, laminado y pintura, frenos convencionales y ABS, reparación de elevadores y chapas, rectificación, reconstrucción de motores, inyección electrónica, embragues y un largo etcétera.
La rotación anual del personal de los talleres es aproximadamente de 9%, mientras que el uso de equipos de cómputo e internet en los talleres en general se mantiene en el 80%.
Guerra de talleres
Tras concluir la Segunda Guerra Mundial, la industria automotriz detonó al igual que los profesionales de la reparación.
Surgieron marcas de refacciones especializadas y genéricas, mientras que la mecánica automotriz se especializó.
Las marcas crearon su propia red de talleres para sus vehículos, mientras que los independientes se profesionalizaron
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