A pesar de la caída del mercado de automotores, que parte desde el 2008, México aún se mantiene en el grupo de países fabricantes más grandes en el orbe.
La importancia de la producción mundial de estos países líderes en la fabricación de vehículos, radica en que constituyen en conjunto, entre 74.2 y 75.5 por ciento del ensamble de todo el mundo. En este escenario, México también se distingue por su crecimiento en la producción de motores.
Para las plantas armadoras, los motores son considerados componentes estratégicos y, por tanto, se reservan su fabricación, pero como pasa con el resto de las partes del vehículo, los proveedores locales cada vez ganan más terreno.
Por ejemplo, en 2002 agregaban 40 por ciento del valor de un automóvil, y para 2015 la proporción aumentará a 55 por ciento. Sin duda, el cambio generacional en los motores abrirá oportunidades para unos y las cerrará para otros; sobre todo para aquéllos que hagan investigación y desarrollo en motores más eficientes.
A nivel mundial, la industria automotriz vive un cambio generacional en la fabricación de motores, ahora se busca el rendimiento en combustible y cuidado del medio ambiente, además de generar más inversión y empleos.
En México, las principales plantas de la industria automotriz se encuentran en la zona norte, debido a los procesos de integración productiva con las empresas estadounidenses. En este sentido, el área industrial Saltillo-Ramos Arizpe, Coahuila, registra un crecimiento importante en la fabricación de motores, principalmente porque ahí se concentran General Motors y Chrysler. Por otro lado, Ford sobresale en la producción de motores en Chihuahua.
Como ejemplo del desarrollo de motores en el país, General Motors invertirá en Ramos Arizpe 285 millones de dólares para la fabricación de un motor de última generación de ocho cilindros, generando 800 nuevos empleos.
De esta forma, el complejo de GM será proveeddor clave para las demás plantas de la firma en Estados Unidos.
La planta de Toluca también fabrica los motores L4 3.0 litros y los V8 5.0 y 5.7 litros que se envían a Estados Unidos y Canadá, donde se ensamblan pick-ups y SUV.
Esta unidad, da empleo a mil 200 personas y tiene una capacidad de producción anual de 562 mil motores, lo que la convierte en una de las más importantes para GM en el continente americano.
Por su parte, la nueva planta de motores Centenario de Chrysler, ubicada en Saltillo, con una inversión de 570 millones de dólares, generará 700 empleos en la fabricación del motor Pentastar V-6 ( 7 por ciento más eficiente en el consumo de combustible) para Jeep Grand Cherokee y para los vehículos Town and Country 300 y 200 Dodge Charger, Avanger, Durango y Journey.
Adicionalmente, en mayo de 2008 Ford anunció una inversión de más de tres mil millones de dólares destinados para la planta de Cuautitlán, Estado de México, y la integración de una nueva planta de motores diesel (complejo Chihuahua), donde ya se producen motores para camiones ligeros y medianos dirigidos al mercado de Estados Unidos.
Se espera que esta inversión, incremente la producción anual de Ford a cerca de 300 mil motores para 2012.
En tanto, Volkswagen inyectará 550 millones de dólares y creará 700 empleos en la nueva fábrica en Silao, Guanajuato, como parte de su estrategia de expansión a largo plazo. A partir de 2013, producirá los motores de última generación para la fábricas de Puebla y Chattanoga, Tennessee, Estados Unidos.