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Dentro del sector automotriz en México, Japón es el segundo inversionista extranjero. Por ello, el país asiático ha reconocido este rubro manufacturero como estratégico para el fortalecimiento de las relaciones económicas y de cooperación entre los dos países.

Sin duda, el propósito de la industria automotriz japonesa  está orientado a utilizar a México como plataforma de exportación para terceros mercados, basta el reciente ejemplo de Nissan Mexicana que abrió una nueva línea de producción para el automóvil Tiida, por medio de un proyecto donde se invierten 30 millones de dólares, que permitirá fabricar 110 mil vehículos de alta calidad de exportación, de los cuales 12 mil unidades serán enviadas a 18 países del mercado europeo.

Por otra parte, también debe considerarse la oportunidad para México de aprovechar la experiencia de los japoneses en el desarrollo de industrias de proveeduría y la creación de encadenamientos industriales, aspectos contemplados en el Acuerdo de Asociación Económica (AAE).

A dos años de la puesta en marcha del Acuerdo, que entró en vigor el 1 de abril de 2005, el comercio bilateral total ha crecido 41 por ciento, mientras que los dos años previos a su instrumentación únicamente se incrementó 16 por ciento.

Actualmente, Japón se ubica como el cuarto socio comercial de México, después de Estados Unidos, la Unión Europea y China. En 2006, el comercio bilateral ascendió a 18 mil millones de dólares.

El AAE ha permitido a México acceder al segundo mercado más grande del mundo, diversificar sus mercados de exportación, atraer mayores flujos de Inversión Extranjera Directa (IED) y contribuir a mejorar la posición en el actual contexto de la globalización.

Los productos con mayor dinamismo que México exporta a Japón en el sector industrial son automóviles, motores y autopartes, ciertos componentes electrónicos, entre otros. Sin embargo, a pesar de que las exportaciones mexicanas a Japón han crecido durante la vigencia del AAE, México registra un déficit comercial de 12 mil millones de dólares.

A diciembre de 2006, habían ingresado a México más de 4 mil millones de dólares por concepto de IED provenientes de Japón, de los cuales 900 millones de dólares, fueron de los sectores autopartes, para fortalecer la cadena de producción de automóviles.

Algunos ejemplos de lo anterior, son: Ryobi (RDCM) que estableció una nueva planta de autopartes de fundición en Guanajuato con una inversión de 44 millones de dólares, y que iniciará su producción en octubre de 2008.

Nihon Plast puso en marcha una nueva empresa llamada Nihon Magnesio, en Queretaro para la producción de autopartes de magnesio con una inversión de 87.12 millones de pesos, y que iniciará producción en junio de 2007.

Asi pues, de acuerdo a los resultados de los dos primeros años del AEE es indudable que se espera un aumento en los flujos comerciales y de inversión entre los dos países, pero sobre todo, que aumente la cooperación bilateral en cuestiones técnicas, tecnológicas y de comercialización.

Desde esta perspectiva, es previsible la modificación en las estrategias de las empresas ensambladoras y de autopartes norteamericanas ubicadas en México para adaptarse al nuevo rol que están asumiendo las compañías automotrices japonesas localizadas en el país.

Después de dos años, algunos de los beneficios registrados son evidentes: transferencia de tecnología avanzada y de know how, capacitación técnica a altos niveles, profundización de las cadenas productivas; y el desarrollo de proveeduría automotriz, entre otros.

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