La preparación del acabado del cilindro es muy importante ya que permite que los anillos asienten rápidamente y duren más tiempo, minimizando el pasaje de gases y reduciendo el consumo de aceite.
La mayoría de los problemas de los anillos son causados por un acabado incorrecto.
El montaje de los anillos sobre un acabado excesivamente rugoso resultará en alto consumo de aceite y desgaste.
Es muy importante que el bruñido deje al cilindro con una superficie que no solamente distribuya el aceite, sino que actúe también como una superficie de soporte, en la cual pueda formarse una película de aceite.
Al acabar un cilindro es importante quitar todo el material fracturado dejado en la superficie por el rectificado.
Para analizar el acabado del rectificado y pulido se pueden usar diversas técnicas como:
Fax film, que es una réplica plástica de la superficie para ser examinada microscópicamente.
Analizador de superficie (RUGOSÍMETRO), utiliza un “palpador” que sigue el relieve del cilindro, el trazado es procesado electrónicamente, brindando así parámetros numéricos.
La probeta metalúrgica es una sección transversal cortada del cilindro y montada para su observación en microscopio.
Microscopio electrónico de exploración: Permite evaluar el perfil superficial de una sección cortada, altamente aumentada, del cilindro.
El bruñido debe dejar al cilindro con una superficie que distribuya el aceite, sirva como reserva de aceite y dé lugar a que escapen el metal de desgaste y las partículas abrasivas.
Al mismo tiempo, deberá contar con suficientes áreas planas que actúen como superficies de soporte en las que puedan formarse películas lubricantes.
Además, esta superficie debe permitir una cantidad controlada de desgaste entre el cilindro y los anillos, de manera que éstos asienten.