La crisis del COVID-19 modificó los esquemas de movilidad, ahora las urbes buscan ser más sustentables, con una movilidad pública masiva que también incluye a la micromovilidad con scooter, bicicletas, motocicletas, medios que sirven como medio de transportación para trasladarse de un punto a otro, no por diversión sino por comunicación, explicó Gerardo Varela, director de Aftermarket 4.0, agencia de análisis para la planeación y gestión del mercado de repuesto.
“La pandemia trajo cambios estructurales en la industria automotriz, el crecimiento no fue de la misma manera y la globalización fue regional por lo que se tuvieron que reinventar las cadenas de suministro”, dijo.
En su análisis reconoció que el mercado de repuesto se encuentra en un momento de transición pues los nuevos vehículos tienen autopartes de mayor durabilidad, incluso cuentan con garantías extendidas lo que reduce la posibilidad de que los reparadores independientes capten ese mercado.
La transición tecnológica es otro reto que enfrenta el mercado de repuesto, pues se prevé que para el 2030 los autos híbridos y eléctricos sean el 34% del total del parque vehicular mundial.
En México, el Tratado México, Estados Unidos y Canadá (TMEC) es otro de desafío, pues el país busca convertirse en proveedor para la región, aunque los nuevos vehículos tarden en llegar al país.
Entre los cambios para el mercado de repuesto están la consolidación del comercio electrónico, para esto es necesario trabajar con plataformas que ayuden a estandarizar los números de parte.
Y contar con una logística eficiente, 24/7. “El tema logístico es clave, contar con inventarios, empaque y recepción de pedidos, una integración del producto y entrega del mismo”, afirmó.
“Ya empezó el cambio, el mayoreo se ha reducido enormemente, el crecimiento de las cadenas de refaccionarias ha proliferado dando paso a la venta directa entre fabricante y usuario final”, agregó Varela.