Busquen el Reino de Dios… Y lo demás vendrá por añadidura. (Mt. 6, 33)
Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el gran mandamiento, el primero. Pero hay otro muy parecido: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
(Mt. 22, 37-39)
Existe sólo una respuesta para todas las cosas que anhelamos y necesitamos, todas y cada una de ellas se albergan en un solo ser: Dios.
Todo el mundo quiere ser feliz. Y Dios quiere que seamos felices. Es más, es Dios quien pone en nosotros ese deseo de ser felices.
¿Pero cómo seremos felices? ¿Cómo pueden ustedes ser felices?
¿Ustedes creen que la felicidad está en tener muchas cosas o en dinero para comprar cosas?
Vamos a ver, piensen un poquito, cuando han tenido mucho interés por un juguete o por un aparato, ¿qué suele pasar después que lo tienen? ¿El interés es el mismo?
¡No!, a veces hasta nos podemos fastidiar del objeto cuando ya lo tenemos, ¿no les ha sucedido?
¿Qué nos indica esa falta de interés o de entusiasmo por las cosas que primero buscamos y luego de tenerlas no nos causan el mismo entusiasmo?
Que las cosas materiales, los objetos, el dinero, las ropas, no pueden satisfacernos totalmente.
Nuestra felicidad no está en las cosas que podemos tocar y comprar.
¿Cómo podemos encontrar la verdadera felicidad?
¡Ese deseo de felicidad que Dios puso en nuestro corazón, sólo lo puede llenar Dios mismo!
¿Qué significa esto?
Que por más que busquemos por aquí y por allá, el único que nos puede hacer felices, es Dios.
No significa que no deseemos y busquemos otras que nos dan gusto, pero éstas nunca van a llenar nuestro corazón como lo llena Dios.
¡Por eso es importante buscar a Dios y las cosas de Dios!
¿Cómo buscar a Dios y las cosas de Dios?
Cómo Dios sabe todo esto sobre la felicidad y nuestra necesidad de felicidad, pues Él nos creó y sabe cómo somos, Él nos ha puesto un mandamiento. ¿Cuál es ese mandamiento?
Amar a Dios sobre todas las cosas.
¿Qué es amar a Dios sobre todas las cosas?
Es poner a Dios de primero en nuestra vida: Dios tiene que ser lo más importante para mí.
Amar a Dios sobre todas las cosas, es amarlo primero que todo y primero que nada, y amarlo como Él nos pide, amar a los demás como Él, pero primero amarlo a Él.
Poniendo a Dios de primero en nuestra vida, es cómo podemos ser felices. Jesús nos ha prometido que si primero lo buscamos a Él, todo lo demás se nos dará adicionalmente:
¿Qué significa buscar el Reino de Dios y que lo demás se nos dará de añadidura?
Que primero es Dios y sus cosas, y todo lo demás Él nos lo dará también. Él nos dará de añadidura todo lo que queramos siempre que eso que queremos y le pedimos nos convenga para nuestra salvación.
Así que ¿cuál es el secreto de la verdadera felicidad? Dios mismo, no hay otra receta para ser felices.