Como en todas las industrias, el robo de ideas está a la orden del día y por supuesto la industria automotriz no escapa de ella. Basta con mencionar a las divisiones de mercadotecnia de las compañías, las cuales son capaces de poner a trabajar a las agencias de publicidad e incluso a grandes despachos de comunicación y marcas para buscar proyectos originales y promover a sus vehículos.
Hasta aquí todo parece normal, sin embargo siempre existe un transfondo, pues para que las firmas ahorren dinero suelen, en muchas de las ocasiones, piratearse las ideas y ponerlas en marcha ellas mismas, es decir, recurren a sus departamentos de marketing, los ponen a trabajar y con simples votaciones entre los empleados llegan hasta decidir el nombre de un vehículo.
Pareciera que no es así, pero este hecho no sólo sucede en México, sino también en todo el mundo. Los nombres de productos, en la mayoría de las veces, no se estudian profesionalmente, sólo se basan en que se escuchen “padres”, bonitos, o simplemente se les ocurrió en el momento preciso.
Por está razón, entran y desaparecen modelos de vehículos, pues aunque el automóvil cuente con las mejores características tecnológicas, el simple hecho de que su nombre no sea atractivo, tenga impacto y nada tenga que ver con el diseño, su fracaso llega a ser total.
Y que decir de las campañas publicitarias, las agencias creativas hacen hasta lo imposible por ganarse ese jugoso contrato, pero la sorpresa viene enseguida: simplemente el proyecto no fue aceptado, pero meses después un anuncio similar aparece en los medios de comunicación, y nuevamente el fracaso puede llegar a ser fatal.
Algunas veces se puede correr con suerte y las campañas llegan a convencer a los consumidores, pero la mayoría de las veces no sucede así, lo mejor es dejar esa parte a los expertos, quienes cuentan con las herramientas necesarias para llevar a cabo un plan de comunicación o “branding” con profesionalismo, conocimiento y experiencia.
Como dice el dicho, lo barato puede resultar caro, en la medida que sean inexpertos en el tema, y sobre todo no conocer a fondo las consecuencias de copiar ideas.