BMW armó su nueva planta desde cero con la última tecnología en robótica e inteligencia artificial, pero qué pasa con las plantas que ya estaban en México.
Ford, por ejemplo, adapta constantemente sus líneas de producción y adopta la tecnología a favor de la calidad.
Exoesquelos e inteligencia artificial
Una de las marcas más longevas en México es Ford, que con sus plantas de vehículos en Hermosillo, Sonora y Cuautitlán en el Estado de México, así como la planta de tren motriz en Chihuahua y la de transmisiones en Irapuato, Guanajuato tienen algo en común, el uso de exoesqueletos para evitar lesiones y hacer más seguro el trabajo para sus colaboradores.
Enrique Araiza, director de Manufactura de Ford de México, explicó en entrevista con Alianza Automotriz que en las plantas de vehículos cerca del 70% de sus procesos están automatizados, mientras que en la fábrica de motores y la de transmisiones están entre el 80 y 85%.
Estos procesos incluyen el uso de robots de última generación. “Viene una tecnología que se llaman robots colaborativos, es decir que pueden trabajar codo a codo con los seres humanos, estos disponen de una serie de sensores que no permiten lastimar a las personas”, señaló.
Para procesos “donde el riesgo de seguridad sea inaceptable para que un humano lo haga o que se requiera velocidad y precisión que un operador no pueda llevar a cabo se usan robots”, estos se encuentran en celdas aisladas con fuertes medidas de seguridad.
Pero la innovación no se queda en las líneas de producción, también la parte creativa aprovecha las ventajas de la tecnología, “contamos con software de inteligencia artificial para predecir el mantenimiento. La computadora toma la decisión, de tal manera que nos ayuda en la producción”.
“Creamos muchas páginas inteligentes. Yo lo llamo ecosistema físico-digital porque trata de conectar dos mundos, el físico y el digital. Son dos mundos que existían pero no estaban conectados. La parte física incluye la gente y las máquinas y el mundo digital, que no sólo es el tradicional internet, sino la utilización de sistemas con inteligencia artificial que no requieren que un humano los opera continuamente”, reflexionó.
Un proceso que tiende a confundirse es la realidad virtual y la realidad aumentada. “Estos procesos no sirven para estandarizar los procesos. A través de un programa de realidad virtual, un ingeniero industrial de Europa y uno mexicano trabajan juntos diseñando una estación, cómo se acomodan mejor, la secuencia de los pasos del operador, eso es realidad virtual”, dijo.
La realidad aumentada es más impresionante “por ejemplo, si una máquina muy especializada se falla y el especialista esta en China, por medio de unos lentes especializados tenemos al especialista trabajando, aumentamos la realidad, simulamos diferentes mecanismos. ¡Es impresionante! más de lo que se ve en las películas”, aseguró.
Combinación humano-tecnología
Otro modelo de integración es el de Toyota Motor Manufacturing. Las plantas del fabricante japonés de Baja California y Guanajuato combinan “el trabajo humano con el uso de maquinaria de tecnología de punta”, manifestó la armadora para Alianza Automotriz.
La planta más reciente es la del Bajío, misma que “fue diseñada y construida con tecnología avanzada que incorpora innovaciones en ingeniería de producción que ayudan en la reducción de uso de energía, así como en el correcto uso de agua dentro de sus procesos de manufactura”.
Con respecto al desarrollo tecnológico, Toyota cuenta con el Centro Técnico de Toyota (TTC) donde en los últimos 25 años han trabajado temas de ingeniería, investigación y desarrollo de la marca. En este sitio colaboran más de mil 100 ingenieros, científicos y tecnólogos para desarrollar algunos de los autos y camionetas más inteligentes y avanzados.