Talleres: preparados para lo peor

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Generalmente cuando hacemos planes es con la intención de que funcionen y nos vaya bien. Nadie emprende un negocio pensando en fracasar, ni contrata una persona para que le robe. Casi siempre vemos con optimismo nuestras decisiones y deseamos que nos ayuden a alcanzar nuestros objetivos.

Pero la realidad es que muchas veces nos topamos con resultados diferentes a los esperados. El taller que abrimos con tanta ilusión, quiebra; el trabajador en quien confiamos, nos roba; ese cliente que pensamos que era una bendición, acaba por no pagarnos.

Entonces viene la desmotivación y creemos que todo está en nuestra contra, poquito y más nos descuidamos y caemos en un círculo vicioso del cual nos cuesta salir.

¿Qué hacer? Planear, pero bien. Para que algo funcione, los ingenieros solemos irnos a los extremos, tratamos de sobrepasar las expectativas para garantizar en lo posible que no haya fallas y para lograr esto, siempre debemos imaginarnos lo peor.

Seguro has visto esos videos de pruebas de vehículos, en los que se les lanza a decenas de kilómetros por hora contra muros de concreto. Nadie que compra un auto quiere que eso le pase, pero existe la posibilidad y por ello la necesidad de las pruebas.

Una sentencia de la planeación dice:

¿Queremos que nos vaya bien? entonces consideremos aquello que puede hacer que nos vaya mal.

Te voy a compartir una experiencia real. Un taller estuvo trabajando para una empresa, los primeros meses, todo marchó bien, pero una vez que hubo confianza, le empezaron a pedir trabajos sin orden de compra. “Al rato te la pasamos, ya ves que estamos en confianza” les decían cada vez que llevaban otro vehículo a mantenimiento. 

Así, las cuentas crecieron y faltaron los pagos. Cuando reclamaron, les dieron largas y al final dijeron que no les iban a pagar y sin comprobantes, ejercer acción legal se complicaba. 

La persona que me platicó este problema se quejaba de la situación, en ese momento, le pedí el nombre de la compañía, lo busqué en internet y aparecieron múltiples notificaciones legales por demandas de otros proveedores. Se sorprendió de lo fácil que hubiera sido evitar trabajar con alguien desleal.

Entre lo peor que te puede pasar con un cliente es que no te pague. Nadie va a llegar diciendo que le arregles gratis sus autos, pero seguramente has perdido dinero por ello. Si ese es un riesgo, tienes que estar preparado para evitarlo.

Si hubiera habido una investigación del cliente y no solamente confianza, hubieran descubierto sus antecedentes problemáticos. Si no hubieran hecho trabajos sin comprobantes, tendrían un respaldo. Pero como no estaban preparados para lo peor, perdieron.

Insisto, no se trata de ser pesimista, sino previsor. No nos ponemos el cinturón de seguridad para chocar, sino por si chocamos. De igual manera, si has tenido trabajadores que te han robado, no sigas contratando sin hacer una investigación de antecedentes, revisa a quién le vas a abrir las puertas de la empresa. No confíes en lo que te dice el vendedor del equipo que estás cotizando, mejor lee la garantía, haz una investigación de mercado y pruébalo antes de comprarlo.

Si visualizas lo peor, podrás identificar que propiciaría que eso sucediera, de esta manera puedes trabajar en evitar todo aquello que te puede dañar.

Ahora estamos viviendo tiempos complicados, en medio de una crisis mundial y debemos estar preparados para tomar las mejores decisiones, si crees que la baja de trabajo durará dos meses, prepárate por si dura cuatro. 

Simula escenarios pesimistas y genera estrategias que te ayuden a enfrentarlas. De esta manera, las situaciones difíciles, si se presentan, las afrontarás más confiado que si las hubieras recibido de golpe.

Y una vez que tengas contemplado lo peor, ahora sí enfócate en lo mejor y con buen ánimo, busca tomar las mejores decisiones.

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