La huelga en Euzkadi ha terminado, después de casi tres años, sus trabajadores lograron revivir su patrimonio, asimismo, quizá abrieron las puertas de una planta productora de neumáticos, con el fin de abastecer y mantener viva a una industria que vive una severa crisis, agudizada desde el año 2000.
Este logro puede ser un aliciente para un sector muy golpeado por los altos costos de las materias primas, principalmente derivados del petróleo, además de enfrentar el contrabando y las importaciones ilegales, no sólo de Asia, también de América del Sur y de la frontera norte con los Estados Unidos.
Por otro lado, también la industria del hule mexicano vive una situación similar y es que a nivel mundial el desabasto es general; la inflación del dólar provoca que las monedas donde se produce este material se devaluen e incrementen el valor del caucho y sus derivados, especialmente los que sirven para la industria automotriz.
Esta última absorbe los costos de dichos incrementos y no permite que se reflejen en los precios de los automóviles, sin embargo, solicitan el pleno cuidado para que las empresas proveedoras de dicho componente no excedan sus precios, esto lo hacen a partir de las exigencias de calidad y certificaciones solicitadas a las compañías productoras de neumáticos y componentes plásticos, los cuales ya son más requeridos en un vehículo.
Como vemos esto parece un cuento de nunca acabar. Sin embargo, parte de la solución corresponde a los gobiernos de los países proveedores de hule y petróleo, que deben implementar normas y reglas para la producción y extracción de dichas materias primas, pues las empresas cumplen con sus procesos, pero la parte gubernamental permite facilidades al contrabando y no muestra interés por regular los precios, y así no se puede ser competitivos.
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