Cuidemos la imagen del taller mecánico

ALberto QUiroga consejos para talleres
¿Por qué a veces descuidamos la imagen? En algunas ocasiones ni siquiera es por mala intención

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Ya en otras ocasiones he compartido contigo la importancia de la imagen de tu empresa y de todos los que en ella laboran. Siempre un cliente nuevo se lleva la primera impresión a través de lo que ven sus ojos y una mala primera impresión puede ser determinante para que te contraten o no.

Un amigo me compartió que él no se había dado cuenta de la mala imagen de su taller, sino hasta que una vez una persona llegó y le preguntó que a cómo pagaba el kilo de chatarra.

Imagínate. Él sentía que manejaba un negocio de mantenimiento automotriz, pero a los ojos de la gente, parecía un negocio de compra de desperdicios. Él se sentía a gusto en su taller y no le había puesto atención al detalle de lo que proyectaba porque no se daba cuenta de la mala imagen. No fue sino hasta que tuvo esa desagradable experiencia que tomó consciencia del mensaje equivocado que estaba mandando.

¿Por qué a veces descuidamos la imagen? En algunas ocasiones ni siquiera es por mala intención, sino porque simplemente nos acostumbramos a minimizar las deficiencias y los errores que estamos cometiendo. Por la costumbre, ya no vemos un gran desorden sino simplemente un poco de desacomodo. Las paredes que eran blancas las seguimos viendo blancas, aunque para los demás ya se ven gris oscuro y así con muchos otros detalles.

Si antes era fundamental cuidar la fachada y el interior del taller, ahora a través del internet y las redes sociales la sobreexposición puede afectarte. Algunas personas antes de visitar un negocio revisan la imagen que tiene a través de Google Maps y lo buscan en internet para ver qué es lo que publican, aquí se pueden perder muchas posibilidades de negocio si lo que se sube, no va de acuerdo con lo que el cliente está buscando. 

He visto páginas de talleres donde publican fotos de un vehículo en reparación y en esa publicación se burlan o quejan de los clientes. Eso le manda un mensaje de alerta al consumidor que ciertamente no va a querer que se mofen o lo critiquen.

Hay compañeros que se quejan porque les llegan solamente clientes que no quieren pagar, pero en sus redes descuidan el no publicar fotos o videos que afectan su imagen, como lo pueden ser aquellas que los exhiben tomando bebidas alcohólicas en el mismo taller o bromeando peligrosamente, mientras dicen reparar un auto.

Los mensajes agresivos que tal vez se publican para descargar el enojo hacia un cliente, dañan la imagen del taller. He visto varias veces mensajes como estos: “Me quedé hasta las dos de la mañana reparando el auto y este $%&# ni propina me dio”.

¿Acaso el cliente debe dar propina por un trabajo? Si hubo un acuerdo en el precio y el consumidor paga, cada uno tiene lo que esperaba. Si el mecánico se quedó hasta tarde es su problema. Si fue por una urgencia, debe cobrarle al cliente y si no lo hace, no es asunto del usuario, sino del mecánico, por no negociarlo. Pero si además, publica un mensaje rencoroso, no solamente agrede al cliente con el que está molesto, sino a todos los que se ven reflejados en el comentario. 

Lo mismo sucede a nivel personal, cuando alguien busca empleo. Se puede perder la oportunidad de encontrar trabajo debido a publicaciones que afectan negativamente la imagen. Son muchos los reclutadores que se apoyan en todo lo que pueden para tomar la mejor decisión y, por ello, lo que se sube a la red tienen repercusiones.

Los estudios sobre toma de decisiones confirman lo que sabemos por experiencia propia, que el sentido de la vista es el que tiene mayor peso al momento de elegir, por esto, debemos cuidar la imagen que estamos mandando.

A veces se piensa erróneamente que lo que subimos a la red no tiene consecuencias, pero no es así. Cuidemos nuestra imagen, mandemos un mensaje con nuestra mejor impresión.

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