Red de Clústers Automotrices de cara al T-MEC en medio del COVID-19

Red de Clúster de cara al nuevo T-MEC
El contenido regional dará a los fabricantes mexicanos la oportunidad de “venderse” como aliados comerciales

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A pocos meses de la entrada en vigor del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) el próximo 1 de julio, la Red de Clúster Automotrices compartió sus puntos de vista y retos para los fabricantes de componentes para vehículos que se suman a la pandemia ocasionada por el COVID-19.

Fabiola Aguilar, directora del Clúster Automotriz de Coahuila y Clúster de Manufactura Avanzada y Automotriz de la Laguna, recordó que entre sus funciones, cada clúster debe dar certidumbre en la información que se genera, por lo que en los últimos meses, la Red se ha dedicado a trabajar en conjunto para monitorear los comunicados oficiales de gobierno a fin de dar certeza en la información que se comparte.

“Compartimos las acciones que las empresas estaban tomando ante la emergencia sanitaria y comenzamos a realizar un calendario de los paros técnicos para tomar decisiones. Hemos desarrollado un trabajo colaborativo con la Industria Nacional de Autopartes (INA), para las recomendaciones de arranque, por lo que muchas de las empresas de la industria automotriz ya estaban preparadas para iniciar operaciones”, destacó la ejecutiva.

El T-MEC

Para Mónica Doger, directora de Clúster Automotriz Zona Centro, gracias a que NAFTA ha sido uno de los tratados con mayor éxito en el mundo, hoy el 80% de las exportaciones de México van para Estados Unidos, motivo por el cual, las nuevas reglas permitirán evolucionar el comercio entre los tres socios: México, Estados Unidos y Canadá.

Agregó que uno de los retos más importantes para la industria serán las adecuaciones en las reglas de origen que establecen pasar de 62.5% a 75% de contenido regional, norma que dijo será progresiva, terminando en un periodo de tres años.

Desafío que se suma a que los salarios provengan de regiones que ofrezcan 16 dólares por hora.

A decir de Melissa Baca, directora de Autocluster de Chihuahua, el incremento en el contenido regional dará a los fabricantes la oportunidad de “venderse” como aliados comerciales, porque lo que sale de México es hecho en Norteamérica, “lo importante es no ver a Estados Unidos como enemigo, es difícil, pero no lo es, son nuestros aliados comerciales y esto nos permitirá fortalecer el comercio”.

De esta manera a los retos de la entrada en vigor del nuevo T-MEC se suma el impacto económico por el COVID-19 después de la pandemia, contar con el recurso humano especializado en México, la recuperación acelerada de China, así como los costos de producción y menores incentivos fiscales en México.

En su intervención, Elisa Crespo, directora del Clúster Automotriz del Estado de México, destacó el reto de trabajar en acciones específicas para construir puentes que establezcan una mejor comunicación entre clústers y empresas.

“Los clústers hemos sido los amortiguadores entre la iniciativa privada. Hemos logrado concentrar la información para que las empresas reinicien actividades, porque las armadoras tenían el tema resuelto, pero no así las empresas medianas y pequeñas. Una compañía mediana tiene que invertir hasta un millón de pesos para contratar un transporte privado a fin de minimizar los riesgos de contagio en los traslados de su personal a la planta y si a eso le sumas las inversiones en todos los equipos necesarios los retos se vuelven mayores”, comentó.

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