La Asociación de Rectificadores de Reconstructores Automotrices (ARRA) llevó a cabo su Seminario de Conferencias Técnicas en Monterrey donde las principales marcas dieron explicaciones técnicas, diagramas y capacitaciones prácticas para reparar motores de nueva generación, así como resolver dudas sobre las fallas en los motores más comunes.
Tras los exitosos seminarios del centro del país, en esta ocasión tocó el turno a Monterrey para capacitar a los rectificadores y ante la demanda de información se decidió hacer un seminario de dos días.
En el primer día de actividades, los rectificadores participaron en una actividad práctica con la DRIV, quién dividió sus actividades, pues por la tarde explicó como revisar un pistón de hierro forjado y detectar desgastes o quiebres para decidir o no su reutilización en la reparación.
El ingeniero Alejandro García de DR1V explicó que la observación detallada es el primer filtro, posteriormente mide y limpia el pistón para detectar quiebres.
Posteriormente, Schaeffler “se estrenó” en los seminarios técnicos de ARRA con la charla su conferencia Funcionamiento y diagnóstico del tren valvular.
En su charla indicó que los motores actuales son más pequeños y turbocargados, por lo que los fabricantes están regresando al uso de cadenas de distribución, pues tienen más resistencia.
Comentó que no utilizar el aceite que indica que fabricante puede tapar o dañar no solo el motor sino todos sus componentes. “Los problemas de lubricación generan desgaste en el tren valvular ya que se obstruyen las ventas de lubricación”.
Cabe recordar que tener una cámara de combustible con baja temperatura permite tener un consumo de combustible eficiente.
Mientras King, fabricante de cojinetes, mostró la evolución de los cojinetes hasta llegar al diseño hidrodinámico y al igual que el tren valvular si no se respeta el tipo de aceite que exige el fabricante se van a generar problemas en los cojinetes. Un aceite inadecuado genera un excesivo juego radial del cojinete.
Explicó que no cambiar el aceite como indica el fabricante genera un ácido que daña los metales.
Los rectificadores tomaron notas, fotos e incluso videos para entender mejor la explicación y trasladarla a sus trabajadores en el taller.
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