Alexandre Dumas escribió tal vez la frase más famosa de la literatura universal, “todos para uno y uno para todos” en su libro Los tres mosqueteros, así como su frase resalta los valores de lealtad y honor, esta misma expresión puede describir a la Rifter de Peugeot, un vehículo para que todos vayan juntos de forma segura, cómoda y con libertad de movimiento, tanto en el habitáculo como en el área de pasajeros.
Su forma y sus líneas dejan ver un poco ese aire francés, muy a lo Peugeot, donde el lujo no está peleado con la eficiencia y el espacio.
A primera vista llama la atención su diseño clásico con un toque de modernidad, sus líneas precisas evocan un paseo por los campos franceses, en nuestro viaje nos llamó la atención su amplio espacio de carga, entran varias maletas y paquetes sin ningún problema y si requieres más, los asientos se pueden plegar para darle mucho más espacio.
Un vehículo familiar por excelencia, con siete plazas para que fácilmente viaje una familia grande o para ir con los amigos a un divertido paseo. Sus asientos ergonómicos e increíble acústica hacen de cualquier viaje una experiencia superior.
El habitáculo permite al conductor una muy buena visibilidad gracias a sus cámaras 360º y su pantalla táctil de 8 pulgadas con conexión a los dos sistemas operativos más populares.
Si su tecnología es sorprendente, que tal el corazón de metal, su motor de PureTech de 110 S&S automática de 8 velocidades (en la versión de gasolina), que proporciona velocidad sin perder nunca la estabilidad, ya que además cuenta con diversos sistemas de seguridad como sensores traseros, cámara de visión trasera con control de ángulos muertos.
Para un manejo más confortable cuenta con asistente de arranque en pendientes, asistencia de frenado de urgencia, cámara de reversa con visión 180º y control crucero con limitador de velocidad para que le prestes el auto a tu hijo sin ningún problema.
Destaca además su caja de cambios automática de 8 velocidades EAT8 que permite un cambio de velocidad lineal y perfecto, las levas del volante permiten cambiar de velocidad manualmente sin perder la función automática, un gran paso para disfrutar del viaje manteniendo el control.
Si algo tienen las carreteras mexicanas son baches, ya sea en autopistas o en ciudad, ese es un gran problema y con Rifter su altura y suspensión permitieron atravesar estos caminos sin conflictos.
Por si esto fuera poco, sus detalles nos recuerdan que estamos con un vehículo de lujo, como sus luces en las puertas, un tacto diferente en cada uno de los accesorios.
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