De acuerdo con la edición 2022 del Global Electric Vehicle Outlook, informe anual elaborado por la Agencia Internacional de Energía (AIE), durante el año 2021 se duplicó la venta de vehículos eléctricos a nivel global, con respecto a 2020.
Esta cifra, que incluye unidades híbridas enchufables y totalmente eléctricas, llegó a un récord de 6.6 millones de autos comercializados en un solo año. A falta de una nueva actualización del informe, la AIE estima que en 2022 se vendieron más de 15 millones de unidades.
Según el documento, China lideró la venta de vehículos eléctricos con 3.3 millones. Europa fue la región que más adquirió este tipo de automóviles, con 2.3 millones. Mientras que en Estados Unidos se comercializaron alrededor de 630 mil unidades.
En el caso de México, con base en el portal en línea Statista, en 2021 se vendieron 1.1 millones de vehículos ligeros.
De ellos, 39 mil 100 fueron autos eléctricos: 35 mil 911 híbridos regulares, dos mil 500 híbridos enchufables y sólo 768 totalmente eléctricos.
Falta infraestructura de carga
El estudio Índice de consumo de movilidad 2022, realizado por la consultora EY Mobility Consumer Index, reveló que en los consumidores mexicanos está creciendo el deseo de adquirir un vehículo eléctrico, motivado principalmente por una mayor conciencia ambiental.
Sin embargo, existen preocupaciones en el momento de analizar la compra de un auto de estas características. Por ejemplo, el 34% de los compradores potenciales señala que aún falta infraestructura de carga en los espacios públicos o en su ruta de viaje; el 33% tiene dudas respecto a la autonomía de las baterías; al 27% le parece elevado el costo de las unidades; y el 26% no cuenta con información suficiente sobre el costo de carga y su funcionamiento.
Del total de los usuarios que ya cuentan con un vehículo eléctrico, el 31% lo cargan en su hogar, el 24% en el trabajo o la escuela, el 23% en pensiones de autopista, el 13% en estacionamientos de centros comerciales y sólo el 3% en electrolineras.
Como se mencionó, la principal razón disuasiva en los consumidores para adquirir un vehículo eléctrico es la incertidumbre sobre la disponibilidad de estaciones de carga. Además, cabe destacar que la mayoría de los encuestados preferiría poder cargar su automóvil en casa.
Aunado a lo anterior, el estudio reveló que quienes desean comprar un vehículo eléctrico tienen dudas sobre la posibilidad de tener instalaciones de carga en sus hogares, ya sea porque no cuentan con espacio suficiente o viven en un edificio de departamentos. Otro sector teme a los riesgos de instalar un cargador doméstico, como las probabilidades de incendios, por ejemplo; además de la complejidad y los costos de la instalación, las cuotas de electricidad y los trámites para obtener la autorización de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
En ese tenor, el 38% de los consumidores que ya poseen un auto de combustión interna considera que todavía no hay suficientes puntos de carga para comprar un vehículo eléctrico; el 59% opina que la compra de una unidad eléctrica debe incluir una instalación de carga residencial y tendría que entregarse junto con el auto; mientras que el 69% considera que al comprar un vehículo eléctrico se debe adquirir también un paquete integral de energía, como paneles solares, sistemas de almacenamiento y de capacidad de alimentar la red eléctrica.
Al respecto, datos de Statista estiman que en el país existen sólo dos mil 100 electrolineras ubicadas en espacios públicos, lo cual limita la posibilidad de una transición acelerada hacia la electromovilidad, pues los usuarios deben buscar alternativas no siempre accesibles para cargar sus vehículos.
Un gran reto para México
En entrevista para Alianza Automotriz, Diana Quezada, analista senior del equipo de componentes de movilidad en S&P Global Mobility, explicó que México está colocando énfasis en su electrificación, sobre todo a nivel corporativo, donde varias compañías ya han hecho compromisos sustentables y han invertido en flotillas eléctricas y cargadores para éstas.
No obstante, esto todavía no es accesible para todos los particulares que desean comprar un vehículo de estas características, lo cual no significa la inexistencia de avances en la materia, pero la infraestructura de carga es más limitada.
Destacó que países como México pueden retomar algunas estrategias utilizadas en naciones como China y Estados Unidos, quienes tienen grandes avances para la instalación de estaciones de carga públicas y cargadores de pared domésticos.
“Podemos ver, por ejemplo, los incentivos económicos que se realizan en otros países, que también es importante llevarnos como lección. Estos incentivos no necesariamente tienen que ser desde el Gobierno, sino que las empresas privadas también pueden hacer este tipo de esfuerzos”, apuntó.
Resaltó el caso de las compañías de servicios públicos en Estados Unidos, conocidas como utilities, las cuales han fomentado la adquisición de vehículos eléctricos a través de atractivos incentivos para sus clientes, quienes en algunas ocasiones reciben un reembolso directo del costo, ya sea del cargador, de la instalación o de la conexión a la toma eléctrica.
“En diversos países estos equipos son totalmente deducibles de impuestos, desde la adquisición del vehículo eléctrico hasta la instalación del equipo de infraestructura de carga. Esto es a nivel doméstico, pero también existen incentivos a nivel institucional y desde gobiernos locales”, indicó.
La especialista reiteró que en naciones como México la instalación de infraestructura para carga pública y doméstica debe ser impulsada conjuntamente entre gobiernos e iniciativa privada, pues de esa forma se beneficiará a los usuarios y se alcanzarán las metas de sustentabilidad que se han propuesto.