La industria automotriz en México es una de las más importantes del mundo. No solo fabrica vehículos, también impulsa la economía nacional. Según datos de la Secretaría de Economía, actualmente operan 37 plantas armadoras en el país, de las cuales 14 son de origen japonés y 13 estadounidenses. Esta infraestructura coloca a México como el quinto exportador de vehículos a nivel mundial.
Durante 2024, el país fabricó más de tres millones de vehículos ligeros, lo que representó un crecimiento del 5.56% respecto al año anterior. La mayoría de esta producción se destina a mercados como Estados Unidos, Canadá, Europa y Asia. Para mantener estándares internacionales de calidad, la industria depende de insumos clave como el ácido crómico.
En este sentido, el insumo juega un papel fundamental en el proceso de galvanoplastia. Este método permite recubrir piezas metálicas y plásticas con una delgada capa de cromo, lo que mejora su resistencia al desgaste, la corrosión y les da un acabado estético de alta calidad. En el sector automotriz, estas propiedades son esenciales para fabricar componentes duraderos y seguros.
Uno de los principales proveedores de ácido crómico es Koprimo, con una participación del 67.82% en las importaciones durante 2024. No obstante, en la industria aeroespacial, el cromado también es esencial. Se utiliza en piezas críticas como trenes de aterrizaje, motores y sistemas hidráulicos, donde la durabilidad y precisión son indispensables.
Dado que el ácido crómico es una sustancia peligrosa, su manejo exige estrictas normas ambientales y de seguridad. En México, su transporte está regulado por la NOM-002-SCT-2011, y solo empresas con experiencia pueden garantizar su manejo adecuado.
Gracias a su sólida red de plantas, la inversión extranjera y proveedores como Koprimo, México mantiene su liderazgo automotriz a nivel global. El uso responsable de materiales como el ácido crómico es parte esencial para seguir impulsando la innovación y competitividad del sector.
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