Los motores rugen a más de 370 kilómetros por hora mientras los neumáticos se aferran a la pista, los 140ºC que llegan a alcanzar provocan un desgaste significativo en las gomas, sin embargo, esta cifra, no se compara con los 2,500ºC que consiguen los motores en su interior, los 1,000ºC de los tubos de escape o los 1,200ºC del sistema de frenos.
¿Cómo resisten los vehículos de Fórmula Uno tal velocidad y desgaste?, ¿qué clase de tecnología utilizan?, ¿es posible que un día esté disponible en el mercado convencional?, la respuesta a esta última interrogante es sí. Durante muchos años fabricantes de autos, autopartes, neumáticos, químicos, incluso pintura han utilizado a este gran espectáculo y a las diferentes competencias como un laboratorio para crear, probar y dar a conocer sus innovaciones.
Primeros pasos
Desde los primeros vehículos, las personas buscaron ir más rápido y sentir la adrenalina de la velocidad, sin embargo, las primeras competencias fueron sobre tierra, sin caminos definidos y con distintos tipos de autos, de hecho, varios competidores desarrollaron sus propias unidades, con diferentes tipos de motores, llantas, carrocerías, y demás.
Así, tal vez, surgieron los primeros autopartistas, quienes dieron a conocer las modificaciones que hacían a sus vehículos para volverlos más rápidos y que después vendían como “inventos” a otros usuarios que querían mejorar sus propios autos.
Poco a poco, las armadoras contrataron a estos pequeños inventores para mejorar sus unidades y con el paso del tiempo algunos aficionados a la velocidad se organizaron y crearon las primeras competencias, pero todavía no eran oficiales.
Fue hasta 1950 cuando la Federación Internacional del Automóvil (FIA) organizó el primer serial que reunió a las principales competencias para crear el primer campeonato de pilotos bajo un mismo nombre: Fórmula Uno.
Innovación y tecnología
Ya con un reglamento, los fabricantes de vehículos comenzaron a desarrollar tecnología para hacer más resistentes, veloces y seguras sus unidades, así pasamos del acero al monocasco de aluminio, que actualmente es sustituido por la fibra de carbono, un material ligero, resistente y que, en caso de choque, absorbe todo el impacto y disminuye el riesgo para el piloto.
A pesar de no denominarse como un auto híbrido, desde el 2014, los Fórmula Uno combinan un motor de combustión interna y uno eléctrico.
Actualmente el motor de los Fórmula Uno es un V6 de 15 mil RPM, que pesa unos 145 kilos, mismo que se combina con un Motor Generator Unit – Kinetic (MGU-K), el cual se encarga de recuperar la energía de frenado y de convertirla en electricidad, mientras que el Motor Generator Unit – Heat (MGU-H), utiliza el calor de los gases de escape para recuperar energía, la cual se almacena en una batería específica llamada unidad de potencia.
En la actualidad, los fabricantes trabajan en mejoras para que en el 2026 el serial permita cambios que hagan más potentes a los autos.
Con estas modificaciones, se aumentará la potencia hasta 350KW (cabe recordar que actualmente es de 120KW), además, el combustible que utilicen tendrá que ser 100% sostenible y de acuerdo con algunos medios, fabricantes como Ferrari, Mercedes, Renault, Honda, Audi y Ford, ya están trabajando en estos cambios.
De hecho, en 2026, y si nadie más levanta la mano, Ford será el único fabricante que competirá en distintas carreras desde Fórmula Uno, las 24 horas de Le Mans con Mustang GT3, WRC con el M-Sport Ford Puma Hybrid Rally1, Dakar con Ranger Raptor, Baja 1000 con Ranger Raptor y Bronco, y NASCAR, NHRA y Supercars con Mustang.
“Ford continúa aprovechando sus esfuerzos en carreras para acelerar las innovaciones, las últimas tecnologías y el software para los clientes y continuará haciéndolo a través de esta nueva asociación en la cumbre de los deportes de motor para los futuros vehículos eléctricos de la compañía”, indicó la armadora en un comunicado de prensa.
Pero los grandes cambios no sólo están en los materiales de fabricación, ya que los vehículos actuales cuentan con más de 300 sensores que generan alrededor de 1.1 millones de datos por segundo, mismos que se transmiten al equipo para conocer el rendimiento y velocidad en cuatro puntos básicos: curvas de baja velocidad, curvas de alta velocidad, línea recta y manejo del auto.
Esta información permite a los fabricantes ejecutar simulaciones aerodinámicas para crear bólidos 70% más rápidos que antes, además de ayudar a reducir su carga aerodinámica de un 50% a un 15%.
Otra compañía tecnológica que también analiza los datos que se generan en la Fórmula Uno y otras competencias es Dassault Systèmes, quien en conjunto con EPFL Racing Team, desarrolla soluciones de innovación sustentable para evaluar el ciclo de vida de los vehículos de carreras y conocer su impacto, desde la contaminación, acidificación y ecotoxicidad del agua dulce hasta el consumo de energía en los procesos de fabricación o la fase de uso y los impactos de las actividades humanas, incluidos los viajes entre carreras.
¿O qué tal la asociación de HARMAN?, empresa de tecnología electrónica para el automóvil, que hace equipo con Ferrari para ofrecer una experiencia totalmente actualizable con respecto al nivel de la electrónica de consumo en la cabina.
Con el hardware y el software de HARMAN Ready Upgrade, Ferrari mejorará la experiencia del habitáculo de su bólido para transformar el vehículo en un moderno dispositivo electrónico que puede actualizarse y personalizarse con nuevas funciones y servicios en cualquier momento, de forma similar a un smartphone.
Ferrari podrá adaptar las redes de sus vehículos y ajustar el rendimiento sin tener que invertir en grandes esfuerzos de desarrollo de software, acelerando la creación de su experiencia diferenciada y exclusiva en la cabina del automóvil.
Las nuevas alianzas entre las armadoras y proveedores de tecnología son el cambio más significativo en esta “revolución” que experimentan los autos, donde la Fórmula E parece tomar la delantera en las transformaciones que van rumbo a la adopción de la electromovilidad, pero esa es otra historia.
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