El ministro de economía de Francia, Bruno Le Maire, lo dejó muy claro en declaraciones a medios de ese país: ” Renault podría desaparecer” y es que la empresa se encuentra en estado crítico gracias al COVID-19 y ha pedido un préstamo millonario a su gobierno.
Las acciones de Renault han perdido en cuatro meses el 50% de su valor, además de tener una sobrecapacidad de producción y malos resultados en ventas de modelos como el Talismán.
Ante este panorama, la francesa pidió un préstamo a su gobierno de más de 5 mil millones de euros ante su incapacidad de obtener financiación en los mercados internacionales en poco tiempo.
Por ello, la declaración del ministro francés prendió alarmas ante una economía europea en crisis y una industria automotriz que ve cómo se desploman las ventas y ante la posibilidad de dejar morir a una empresa nacional, todo se decidirá esta semana.
Presión política
Otra vista de las declaraciones del ministro Le Maire es el de crear la suficiente presión sobre Renault para que acate las reglas que le pone el gobierno francés ante el anuncio de cierre de plantas y recortes en tierras galas.
Y es que Francia pide a la armadora que regrese parte de su producción y que mantenga la producción de coches eléctricos en su país natal y que se comprometa con la industria auxiliar francesa.
Con esta crisis Renault se une a Nissan, y es que la nipona también a sufrido por el coronavirus y se encuentra en planes de reestructuración que incluye el cierre de plantas y el despido de personal en los mercados que no le va tan bien.
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