Desde la Universidad Tecnológica de Graz en Austria, llega el nuevo ingrediente de las baterías para autos eléctricos y que promete hacerlas más ecológicas. Se trata de la vainilla.
Este producto usado en miles de postres se ha utilizado para reemplazar los electrolitos líquidos de las baterías de flujo redox.
Dado que la vainilla se puede obtener a partir de la lignina, el polímero orgánico más abundante en el mundo, que incluso se encuentre en la madera.
Antes de seguir, debemos explicar que las baterías de flujo almacenan su energía en electrolitos líquidos y aprovecha las diferencias de los estados de oxidación de sus componentes.
Hay tres tipo de baterías de flujo: redox, que son las más comunes, híbridas, con una transición entre líquido y sólido y sin membrana.
Vainilla eléctrica
Ante esta investigación la vainilla podría ser el reemplazo perfecto para los electrolitos de las baterías de flujo que suelen estar compuestos de metales pesados y tierras raras.
“Refinamos la lignina en vainillina en un material activo redox usando química suave y ecológica sin el uso de catalizadores metálicos tóxicos y caros, de modo que pueda usarse en baterías de flujo”, aseguró Stefan Spirk, investigador de la Universidad de Tecnología de Graz.
Los resultados del experimento han mostrado que las baterías con vainilla prometen funcionar correctamente a temperatura ambiente y que puede ser fácilmente escalable gracias a la alta cantidad de ligniga.
Los investigadores han patentado la tecnología y esperan crear capacidades de almacenamiento de 800 MW/h y por ahora busca aliarse con una planta de celulosa y aislar la vainillina de la lignina que queda como desperdicio de la producción de papel.
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