La apariencia del taller mecánico es crucial para un desempeño positivo del negocio, ya que además de transmitir profesionalismo, disminuye los tiempos de reparación y materiales desperdiciados.
Ignorar la imagen que proyecta el negocio, así como no implementar estrategias de comunicación para su difusión, son algunos de los errores más comunes que cometen los pequeños talleres automotrices, principalmente.
Lo anterior, porque en general se tiene la creencia de que trabajar la imagen es sólo cuestión de las empresas grandes y que se necesita invertir grandes cantidades de dinero.
De acuerdo con los expertos, hoy en día se pueden destinar pocos recursos y obtener grandes beneficios en el mediano y largo plazo, pues una buena imagen es símbolo de profesionalismo, además de generar confianza entre los clientes.
Asimismo, destacan, la fachada del establecimiento es fundamental para un desempeño positivo de cualquier giro de negocio, independientemente de su tamaño.
Incluso, advierten, entre el 80 y 90 por ciento de las decisiones de compra de un producto o servicio se determinan en referencia al aspecto que transmiten éstos y a las imágenes que proyecta la compañía y sus empleados.
Insuficiente atención
Alberto Quiroga, director de proyectos de Sistemas Integrales de Capacitación y Asesoría Automotriz (SICAA), firma especialista en capacitación, explicó que actualmente son pocos los talleres mecánicos que reconocen la importancia de la imagen.
“Sólo alrededor del 10 por ciento de los establecimientos dedicados a la reparación de vehículos se ocupan por manejar una buena apariencia”, manifestó.
Agregó que para que los propietarios de los talleres implementen estrategias básicas de comunicación, como el fortalecimiento de su imagen corporativa, es necesario un cambio mental, dirigido hacia obtener una mayor preparación y capacitación.
Resaltó que entre los aspectos básicos a cuidar están: tener un logotipo y colores institucionales, los cuales respete y no modifique constantemente; otorgar artículos promocionales como son bitácoras de servicios, folletos y manuales de resolución de fallas.
Con estos instrumentos, dijo, se puede explicar al cliente qué hacer en caso de una pinchadura de llanta; qué procedimiento seguir cuando se rompa una maguera o deje de cargar el alternador. Son soluciones sencillas que se pueden guardar en la guantera, lo que hará sentir al cliente seguro, y al mismo tiempo sirve de publicidad para el negocio.
Apuntó que para llevar a cabo las estrategias expuestas, no se necesita de grandes inversiones, pues se puede acudir a estudiantes de diseño que ofrecen servicios a precios accesibles, y poco a poco incorporar otras prácticas de comunicación.
Mejor actitud
Por su parte, Ángel Martínez Álvarez, director general del Centro de Experimentación y Seguridad Vial (Cesvi México), explicó que muchos reparadores no tienen conciencia de la importancia que tiene la imagen para su negocio como una herramienta de rentabilidad.
Dijo que no se requiere de grandes inversiones, sino de la actitud adecuada para querer ofrecer un buen servicio.
“Es imprescindible que un taller destine un porcentaje a la imagen; pero si se empieza por la limpieza, el orden en su interior, y marcar las zonas de trabajo, no cuesta prácticamente dinero y la imagen que otorga es completamente distinta”, aseveró.
Advirtió que debe evitarse tener áreas sucias, poco ordenadas y deficientes tanto en los talleres mecánicos como en los de reparación de pintura, pues no sólo proyectan una imagen adversa, sino que atrae aspectos negativos en el negocio.
“El contar con áreas de trabajo deficiente provoca acumulación de suciedad, fatiga prematura del operario, aumento de trabajo al requerir más operaciones para acondicionar el lugar, desorden, cuellos de botella, entre otras malas prácticas”, reiteró el directivo.
Enfatizó que ello también genera la contaminación de las piezas pintadas, dificultad para mantener los lugares de trabajo limpios, desperdicio de materiales, trabajos que aumentan los costos y que son absorbidos por los propietarios de los talleres.
Reconoció que la seguridad e higiene son los elementos que menos interesan a los encargados de los establecimientos de este tipo. “Es importante concientizar a los reparadores de la importancia de reducir el riesgo de un accidente o de enfermedades laborales”.
Ángel Martínez indicó que contar con los espacios de trabajo adecuados y en condiciones óptimas, significa una reducción de tiempos de operación, evita el agotamiento anticipado del profesional de la mecánica; así como disminuye los procesos de trabajo, genera menos accidentes, y por tanto, proyecta una imagen adecuada.