“Estamos en un periodo de reactivación no de recuperación”, afirmó Fausto Cuevas, director general de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), quien toma con cautela los números de recuperación en el mes de julio.
El cambio del semáforo de salud, que permitió el regreso a las actividades como la producción de automóviles y de autopartes fue un respiro para el sector que en este momento trabaja casi al 100% de su capacidad, tanto en armadoras y proveedores Tier 1.
“Lo que sucede es que los volúmenes de manufactura de autos nuevos tanto en México como Estados Unidos y Canadá son buenos, especialmente en los productos como pickups y SUV, esto hace que la producción de autopartes para el segundo sea suficientemente bueno”, afirmó Oscar Albín, presidente de la Industria Nacional de Autopartes (INA), quien prevé que para finales del año la producción sea de 75 mil millones de dólares, lo que significa una caída del 23% con respecto al 2019.
A pesar de que la cifra no es tan mala, siguen atentos a la evolución de la pandemia a causa del COVID-19, “¿qué podría cambiar este pronóstico? Que tuviéramos un nuevo paro de la industria automotriz y volviéramos a los escenarios de abril y mayo”, dijo Albín.
En este momento, la producción se encuentra al mismo nivel que enero y febrero, excepto en el estado de Chihuahua donde la producción se encuentra al 50%, pues así lo decretó la autoridad, además de revelar que el estado de Jalisco puede activar el “botón de emergencia” en caso de que se cambie el semáforo de naranja a rojo.
No obstante, la meta del sector no es regresar a los niveles de antes de la pandemia, sino superar los niveles de 2018, que fue el mejor año para la producción de automóviles en Norteamérica.
“Nuestra perspectiva era producir cinco millones de unidades este 2020, no va suceder, para regresar a esos volúmenes es probable que tengamos que esperar unos años. Dependemos de dos demandas distintas, que se mantenga el ritmo de crecimiento y recuperación de Estados Unidos y del mercado interno, en ambos casos tiene que ver con un escenario macroeconómico y la perspectiva es que el Producto Interno Bruto (PIB) tenga una caída de alrededor del 10%, situación que impacta todas las actividades económicas”, explicó Fausto Cuevas.
Más complicado es el panorama para el mercado interno, quien consideró que será hasta el 2024 cuando puedan regresar a los niveles de ventas del 2019.
Con respecto al reajuste de ventas del mes de julio, Guillermo Rosales, director adjunto de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), explicó que las ventas tuvieron una ligera recuperación debido a la reapertura de algunos pisos de venta donde personas que ya tenían intención de comprar un automóvil continuaron con sus trámites, además de un incremento en compras de flotas y compras corporativas.