Antes de comenzar la reconstrucción de la cabeza del motor es necesario hacer una inspección preliminar. Desarmar completamente la cabeza de motor y retirar todos los tapones de las camisas de enfriamiento, galerías de aceite y combustible.
También una inspección visual para detectar alguna anomalía o problema que pudiera impedir la reconstrucción de la misma, como roturas o rajadura graves, desgaste excesivo, daños fuertes por erosión, corrosión, etc.
Una vez hecho este procedimiento es necesario llevar a cabo un proceso de limpieza utilizando productos químicos o detergentes y en tinas de lavado o gabinetes de aspersión donde el agua no se vaya directamente al drenaje.
En este punto es necesario recordar que existen formas de acumular los residuos sólidos para su posterior disposición de acuerdo con las normas ecológicas establecidas, de tal manera que cuando se requieran cambiar el agua de sistema de lavado, esta debe neutralizarse químicamente, también de acuerdo a las normas ecológicas en vigor, antes de tirarla al drenaje.
Otro proceso de limpieza es por medio de hornos de calor diseñados específicamente para la limpieza de partes automotrices, que trabajan con gas natural o con gas L.P. y que cuentan con dos quemadores, uno para mantener la temperatura del horno y el otro para el quemado posterior de los gases resultantes, para que al salir a la atmósfera, cumplan con las normas ecológicas.
El detallado final de limpieza se puede llevar a cabo por medio de granallado, perlarizado, o en forma manual, el método de chorro de arena no se recomienda ya que pone en riesgo la salud de los operarios.
El siguiente paso es revisar la integridad estructural de la cabeza del motor. Esta revisión tiene por objeto la localización de fisuras que no son visibles a simple vista, así como la inspección de todos los orificios roscados, estos deben estar en condiciones satisfactorias de reutilización.
