Cuando llegó el COVID-19, muchas armadoras tuvieron que detener sus fábricas y con ello la compra de chips, por lo que sus proveedores tuvieron que voltear a los productos electrónicos de consumo, y ahora que el mercado automotriz está recuperándose ya no hay abasto.
Ante esta situación, Seat ya ha declarado que se ha visto afectada por las interrupciones en el suministro de los chips.
En el caso de Volkswagen, la armadora anunció una menor fabricación de autos en China, Norteamérica y Europa.
Otro afectado es Honda, que de plano anunció que disminuirá su producción ante la falta del componente.
Y es que el chip que escasea en Honda es el utilizado en los sistemas de control de sus vehículos.
En este sentido, la reducción será de cuatro mil unidades, pero de no rectificarse la situación, tendrán que producir aún menos.
Cabe destacar que durante la pandemia el consumo de dispositivos como celulares, computadoras y tabletas ha ido al alza, metiendo en problemas a la recuperación automotriz impulsada por China.
Es así que fabricantes como Samsung Electronisc, NXP Semiconductors, SMIC o TSMC (el proveedor de Apple y Qualcomm), no dan abasto.
Aumento del costo en los chips
Ante la mayor demanda y la escases, proveedores de chips prevén que venga un alza en el precio del componente.
A esto se suma que los materiales para la fabricación de los chips difíciles de conseguir.
En Corea del Sur, por ejemplo, reportan que la empresa DB HiTek ha aumentado en un 20% los precios a pesar de que sus fábricas funcionan al 100 % de su capacidad.
Esto al final podría subir el costo de los automóviles al también haber una menor producción de los mismos.