En 2019, México se mantuvo como el sexto productor de vehículos al ensamblar 3.98 millones de autos, situación que refleja el crecimiento y consolidación de la industria automotriz nacional.
Factores como ubicación geográfica, mano de obra especializada y barata, así como numerosos tratados comerciales que tiene México con diversas regiones, hacen de este sector, uno de los más dinámicos. Tan sólo en la última década, la industria aportó al país 12.3% del Producto Interno Bruto.
Este comportamiento dejó al país ganancias superavitarias de 88.83 mil millones de dólares, lo que significó un incremento del 7.2% con respecto a 2018, reveló la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA).
Estas cifras, son una muestra clara de la consolidación del sector, pero ¿qué sigue para la industria?, ¿cómo mantener a la ‘gallina de los huevos de oro’?
Hace tres años no se tenían registros de ventas de autos híbridos o eléctricos. En la actualidad, este tipo de vehículos representa ventas del 1.7%, y aunque a paso muy lento, la tendencia son las energías alternas.
De acuerdo con Deloitte, la intención de compra de los jóvenes mexicanos cambió, una vez que 38% busca, o se interesa en un auto híbrido o eléctrico, mientras que el 49% aspira a un auto de gasolina o diésel.
Esto se traduce en una evolución o cambio en la cadena del valor automotriz, pues las armadoras, fabricantes de autopartes, vendedores y reparadores, tienen que adaptarse a los nuevos vehículos.
Algunas armadoras ya están dando estos primeros pasos con intenciones de fabricar únicamente autos ‘amigables’ con el planeta a partir del 2025.
Asimismo, agencias y refaccionarias ingresaron a la venta en línea y, aunque todavía es necesario un asesor físico, los negocios están dando el salto al e-commerce.
En el mercado de la reparación automotriz ya existen escuelas donde se otorgan cursos para capacitar a los técnicos en reparación y mantenimiento de autos eléctricos e híbridos.