Ya habíamos avistado una de las enormes prestaciones del Porsche 911 Turbo S: su hegemonía sobre el aire, y es que hoy toca hablar de su “corazón y alma”, como la armadora denomina a su poderosa máquina.
Se trata de un motor bóxer que ofrece 650 caballos de potencia y 800 Nm de par, equipado con dos turbocompresores de geometría variable (VTG).
“El código genético de todos los motores bóxer actuales de Porsche es 9A2 y 9A2 evo, de cuatro y seis cilindros. Constituyen un sistema flexible de componentes individuales idénticos o técnicamente similares que juntos forman una base probada”, afirma la marca.
Asimismo, provoca la posibilidad de diferentes configuraciones: de cuatro o seis cilindros; de 2 mil a 4 mil centímetros cúbicos de cilindrada, 250 a 640 caballos de potencia y par entre 310 y 800 Nm.
Todos los bóxer de Porsche tienen la misma distancia entre centros de cilindro, 118 mm, esto implica: pistones de 91 a 102 mm; según el cigüeñal, carrera de 76.4 o de 81.5 mm; cinco cilindradas y nueve niveles de potencia entre las gamas 718 y 911 y da la oportunidad a los técnicos encargarse de los periféricos del motor a trabajar con los mismos “genes” y una gran eficiencia.
Por otro lado, la armadora presume haber mejorado el proceso de fricción interna del motor, así como haber añadido “un proceso de combustión rediseñado con inyectores piezoeléctricos colocados en el centro, permiten tanto una mayor potencia como una mayor eficiencia”.
