Conforme pasan los años, los salones del automóvil comienzan a perder expositores, y por lo tanto, importancia. Cierto es que tienen una gran tradición en el sector, pero las asistencias cada vez son menores y su impacto, según algunas armadoras, comienza a ser menor en sus ventas.
Esto es, por ejemplo, palpable en el Salón de Frankfurt, considerado uno de los más importantes del mundo ha perdido asistencia, por lo que la organizadora de dicho evento, la asociación de la industria del automóvil de Alemania (VDA, por sus siglas en alemán) decidió mudarse a otra ciudad en el mismo país de la mancha.
Pero, ¿cuáles son las razones?
El problema fundamental es el costo que implica el hecho de asistir a estos eventos. Audi recientemente, por ejemplo, anunció que no asistirá al Salón de Nueva York, así como lo hicieron BMW y Mercedes Benz; no creen, estas marcas, que sea necesario asistir, puesto que piensan desarrollar estrategias que les funcionen mejor y con mayor alcance.
Otra de las razones es el ambiente de competitividad que existe en este tipo de exposiciones, entre tantas marcas y automóviles puede ser que una u otra marca se vea opacada y prácticamente borrada de la atención de los asistentes y medios de comunicación. Es por ello que prefieren organizar sus propios eventos, donde las propias firmas tienen completo poder sobre estos y le dan mayor preponderancia a las cosas que ellos quieren resaltar.
Y, por otro lado, vemos el fuerte impacto de la tecnología, lo cual no sólo cambia las lógicas de los funcionamientos y equipamientos de los vehículos, sino que también hablamos de mecánicas del mercado y las formas de consumir.
La tecnología “acapara” la atención
No es que los salones no llamen a la vieja escuela o verdaderos aficionados de los automóviles, por supuesto que continúan teniendo su relativo éxito, pero el factor tecnológico cambia muchas de las formas de operar. No es comparable la tradición de los salones de Ginebra, Nueva York o del ya extinto de Frankfurt; pero los eventos de tecnología están llamando mucho más a la agenda de las armadoras.
Y es que el alcance que se tiene es todavía mayor, no sólo para que las armadoras nuevas o las de vanguardia presuman sus proyectos futuros donde destacan autonomías de nivel, ya incluso, 4 y 5, o del uso de energías sustentables o alternativas; también las empresas de tecnología y hasta de otras ramas, aprovechan para entrarle a los proyectos. Un ejemplo de esto es Xiaomi, quien colaboró con FAW para diseñar una SUV con IA.
El caso CES 2020
El Costumer Electronics Show (CES) es una reunión anual en el Salón de Las Vegas con más de 50 años de existencia, donde se presentan proyectos tecnológicos innovadores año con año. Tan solo en la última edición, estaban preparados para recibir 60 mil visitantes internacionales, sin contar a los locales.
Y es que las marcas automotrices prefieren abrirse lugar en un recinto como éste, donde enseñan sus proyectos a futuro o sus realidades ya presentes. Tan sólo, Audi (con su AI:ME) y Mercedes (con el AVTR), que ya mencionamos que han declinado invitaciones a eventos de renombre, estuvieron presentes en el CES 2020.
Y esos no son los únicos casos, también, aunque no se han ausentado a los salones, vimos a Hyundai (Mobis M Vison S), Nissan (Ariya Concept), Chrysler (Airflow Vision), Toyota (LQ), Jeep (Wrangler 4Xe), Honda (Argument Driving Concept) más otros proyectos de tecnológicas como Sony (sí, la que hace tu smart TV) con un vehículo con un alto nivel de autonomía, Qualcomm (una marca de procesadores, como el de tu smartphone) con otro coche autónomo y proyectos de empresas relacionadas con la industria, como Bridgestone (llantas sin aire), Continental (cofre transparente) y Bosch, con su visera contra la luz.
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